A la hora de sazonar los alimentos para consumirlos, uno de los ingredientes que no pueden faltar en ese momento, es la sal. Sin embargo, ¿lo sabes todo sobre este alimento?

El inconveniente es que cuando la usamos en exceso, ponemos en serios riesgos nuestro bienestar, no solo en cuestión de peso sino también en lo que respecta a la salud, por eso es imprescindible que sepas cómo afecta en el organismo y cuánta podemos consumir sin que resulte dañina.

Esencial para tu sazón

1.- La sal de cocina es cloruro de sodio, señala Pietro Migliaccio, autor del libro Alto a la celulitis, lo cual aumenta la retención de agua en el organismo, causando edema –inflamación en los tejidos-, una de las causas principales de la celulitis.

2.- Si tenemos propensión para sufrir hipertensión arterial, el consumo de sal puede desencadenarla, por lo que hay que respetar la dosis diaria indicada que corresponde a 7 gramos de sal, es decir, una cucharada pequeña rasa.

3.- Todos los alimentos que comemos contienen sodio en distintas cantidades, por eso es conveniente reconocer el nivel de concentración que posee para no superar la dosis recomendada.

4.- Usar este condimento en exceso hace que el cuerpo las mantenga entre las células esperando que los riñones lo filtren, lo que hace que estos órganos, así como el corazón y el hígado tengan que realizar un doble esfuerzo para poder desecharlo del organismo.

5.- Este tipo de problema no se notan de inmediato, sino que tienen un efecto a largo plazo, por lo que es imprescindible que desde temprana edad seamos conscientes de la importancia de usar la sal con medida.

¿Qué hacer para mantenerla al límite?

El autor recomienda que para reducir los niveles de sodio que ingerimos, hay que tomar en cuenta los siguientes consejos:

1. Preferir los alimentos frescos y congelados en lugar de aquellos que requieren de conservadores.

2. Disminuir el consumo de embutidos y carnes frías, ya que en su proceso de elaboración requieren de grandes cantidades de sal.

3. Al momento de preparar los alimentos es mejor condimentarlos con hierbas, aromáticos del tipo del ajo, cebolla, perejil, cilantro, entre otros, o especias, como pimienta, chile, azafrán, curry, etc.

4. Usar jugo de limón o vinagre balsámico que resaltan el sabor de los alimentos.

5. Limitar el uso de condimentos como consomés, salsa de soya, mostaza o cátsup que tienen un alto contenido en sodio.

Tomando unas sencillas medidas, es posible mantener en buen estado nuestra salud, sin la pena de tener que sacrificar la alimentación ni el disfrute de esos platillos que tanto nos agradan.