¿Quieres llevar una vida más saludable? ¿Te enfermas con facilidad? ¿Padeces colesterol, presión arterial elevada, diabetes? ¿Te gustaría bajar de peso y ninguna dieta ha dado resultados? Entonces, quizás sea un buen momento para llevar a cabo pequeños cambios en tu estilo de vida que pueden ayudarte. Verás los efectos casi de inmediato.

Tienes ahora mismo la capacidad para cambiar tu manera de vivir y empezar a ser más saludable. Quizás a algunas personas no les agrada el hecho de decir “año nuevo, vida nueva”, pero para otras, el mes de enero es el puntapié inicial para muchas modificaciones. Es momento de que empieces a pensar en tu salud, en cómo quieres afrontar este 2015 y en qué cosas ya no quieres más en tu vida.

Cambios de hábitos que pueden ayudarte

Añade más vegetales y frutas a tu dieta

Si comes bien, te sentirás bien. Es así de sencilla la ecuación. ¿Te has puesto a pensar alguna vez por qué te sientes irascible, cansado y sin ganas de hacer nada, sobre todo después de comer? Si, la responsabilidad recae en la comida grasosa y azucarada.

Todo lo contrario ocurre con las frutas y verduras, sobre todo si están crudas.

Tendrás una gran cantidad de energía acumulada y cumplirás con todas tus actividades sin problemas. Además, te ayudarán a no enfermarte tanto, a reducir el colesterol, adelgazar y controlar tus niveles de azúcar en sangre. Consume dos piezas de frutas y tres de vegetales al día. ¡Llena de color tu plato!

Haz ejercicio todos los días

No tienes que ir a una academia o a un gimnasio si no te agrada la idea. Existen muchas maneras de hacer ejercicio “informal”. Si bien los médicos dicen que no es lo mismo, por algo se empieza, ¿verdad? Cuando llegues al trabajo, sube por las escaleras en lugar de usar el elevador. Cuando regreses a casa, baja una estación antes del metro y llega caminando. Utiliza la bicicleta para ir a buscar a tus hijos a la escuela o para hacer la compra.

Los sábados por la mañana limpia a fondo tu casa con música a todo volumen (sin molestar a los vecinos) y quema calorías. También puedes hacer tareas de jardinería, lavar el coche o sacar a pasear a tu perro por el barrio. ¡Existen miles de maneras de mover el esqueleto sin tener que “caer” en la caminadora o el levantamiento de pesas!

Duerme

Seguro ya has leído o escuchado alguna vez que se necesita descansar ocho horas al día para sentirse renovado y con las baterías cargadas. La cantidad no es tan exacta, pueden ser seis o siete, lo importante es que te sientas descansado y que tu cuerpo haya podido recuperarse de todas las actividades de tu jornada. Y a su vez, no serán iguales las horas que necesites dormir en toda tu vida.

Durante el embarazo, en invierno o cuando estés de vacaciones quizás quieras quedarte un rato más en la cama. ¡Aprovecha y date el gusto! No te prives de una siesta si tienes la oportunidad de hacerlo. Muchas empresas se han dado cuenta de que los empleados que duermen después de almorzar son más productivos hasta la hora de salida. Puedes informarlo en tu trabajo, quizás armen un sitio donde descansar.

Escucha tu cuerpo

Seguro no te hayas dado cuenta, pero el organismo nos ofrece diferente señales para mostrar lo que le está pasando. O quizás si lo hayas percibido, sin embargo, no lo has interpretado como corresponde. Lo que tienes que aprender es a descifrar este idioma de sentidos y emociones.

El dolor y la fiebre son dos signos que todos conocemos. También cuando estamos muy cansados, sin ganas de nada, puede que estemos incubando una enfermedad.

Trata de descansar un poco más, no te hagas tanto problema por lo que te rodea, piensa un poco más en ti.

Evita el exceso de estrés

Las dosis normales de estrés (o mejor dicho de cierta hormona) son buenas para nuestra vida, pero tampoco hay que abusar porque allí es donde empiezan los inconvenientes y las enfermedades. Los adultos hoy en día sufren mucho de estrés y eso se traduce en varias patologías, como acidez estomacal, úlceras, estreñimiento, fibromialgia, presión arterial elevada, ataques cardíacos, cefalea y hasta cáncer. No estamos exagerando. Todo esto puede estar causado por el estrés en exceso.

Las defensas bajarán y te pescarás cuanto resfriado pase cerca, porque tu organismo le dará la bienvenida a las bacterias y virus sin ninguna barrera. ¿Cómo reducir el estrés? Bajando las revoluciones de tu vida, la ansiedad, los nervios. No dejes que las preocupaciones te sobrepasen, haz actividades relajantes como es el yoga o la natación, medita, lee un libro sentado en el sofá, disfruta de un baño de inmersión, escucha música clásica, aprovecha una charla con amigos o con tu pareja, las opciones son incontables.

Deja de lado los hábitos poco saludables

Si fumas, deja el cigarrillo.
Si bebes mucho alcohol, reduce la ingesta a una copa de vino en la cena.
Si comes mucho fast food, empieza a llevarte ensaladas a la oficina.
Si te lo pasas todo el día frente al ordenador, trata de caminar un poco más.
Si consumes demasiadas harinas blancas o azúcar refinado, cambia a opciones más sanas como los cereales integrales y la stevia o el azúcar mascabo.
Si comes todo frito, piensa en otras alternativas como el vapor o la plancha.

¡Compromete a cambiar y logra una mejor vida!.