¿Sabías qué hacer una despensa adecuada es muy importante para cuidar tu salud? Para lograrlo es vital que conozcas la manera correcta de leer una etiqueta nutrimental.

Seguramente has notado que hay diferentes tablas nutrimentales, ya que cada país cuenta con una autoridad normativa que se encarga de establecer y verificar el cumplimiento de las regulaciones de etiquetado de las mercancías que se comercializan.

Por ejemplo, la Food and Drug Administration (FDA) en Estados Unidos se encarga de establecer y vigilar el cumplimiento de las regulaciones de etiquetado para alimentos procesados. En México nos regulan las normas Oficiales Mexicanas como la NOM 050, 030, 002 Y 051.

Los componentes nutricionales del etiquetado en México deben declarar la cantidad de los siguientes nutrimentos:

Calorías
Calorías de grasa
Proteínas
Carbohidratos totales
Azúcares
Fibra dietética
Grasa total
Grasa saturada
Colesterol

Y dependiendo del producto:

Vitamina A
Vitamina C
Sodio
Calcio
Hierro

Así que si encuentras variaciones en las etiquetas, es simplemente por normatividad y no por los valores nutrimentales del producto.

¡Aprende a leerlas!

Para identificar el valor nutricional del producto que adquieres y deducir si es saludable o no, los puntos más importantes a cuidar son:

1. Porción. Nos enseña cuántas porciones hay en el paquete y de qué tamaño es cada una, expresándolo en medidas familiares, como gramos o mililitros. Toda la información nutrimental viene detallada en una porción, la cual es asignada por el productor.

Es decir, si comes un par de porciones de los alimentos, ingieres el doble de las calorías y obtienes dos veces la cantidad de los nutrimentos, tanto los buenos, como los no tan buenos.

2. Calorías. Se expresa en kilojoules (Kj) y en kilocalorías (Kcl), toda dieta contiene cierta cantidad de calorías (energía necesaria durante el día) pero la única persona encargada de calcularlas es un nutriólogo, ya que tener una dieta en la que sólo reduces calorías te puede llevar a excederte en azúcares o grasas.

3. Grasas. Las grasas totales o lípidos representa la suma de las grasas insaturadas y saturadas. Depende del fabricante la forma en cómo describe el producto, por ejemplo, si contiene grasas insaturadas (poliinsaturadas o monoinsaturadas) o saturadas.

Los productos de origen vegetal no contienen grasas saturadas, por lo que debe aparecer un cero. Un producto bajo en grasa es aquel que contiene menos de tres gramos de grasa por porción.

4. Grasas trans. La mayoría de éstas se producen cuando los fabricantes “hidrogenan” aceites líquidos, lo que los convierte en grasas sólidas, como la manteca o algunas margarinas. Por lo general se encuentran en las galletas saladas y dulces, etc.

Las grasas trans, así como las saturadas y el colesterol, aumentan el colesterol malo llamado LDL, y disminuyen el HDL o colesterol bueno, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiacas coronarias.

No existe un valor diario total recomendado para las grasas trans, aun así puedes usar la etiqueta para averiguar si un alimento las contiene o no, por lo que si aparece una cantidad distinta a 0 gramos, entonces el alimento sí tiene.

5. Carbohidratos. También conocidos como hidratos de carbono, son la suma de los azúcares y la fibra. Un producto alto en fibra es aquel que contiene más de 10 gramos de fibra por porción.

6. Sodio: La sal es un compuesto cristalino que se usa para sazonar y preservar los alimentos. Las palabras “sal” y “sodio” a menudo se usan como sinónimos, por lo que puede aparecer de cualquiera de estas dos maneras en una etiqueta nutrimental.

Menos de 250 mg de sodio es considerado como un producto bajo en él, ya que al final del día nuestra dieta debe contener como máximo 2g ó 2000 mg de sodio.

Así que antes de saber cuál debe ser tu porción a consumir o si un producto es mejor que otro, siempre debes comparar entre varios para elegir la mejor opción. La práctica hará que logres hacer mejor tu despensa. Y tú, ¿en qué te fijas al comprar tus alimentos?.