El autismo es un trastorno cerebral poco comprendido, que afecta aproximadamente a cuatro de diez mil personas. El autismo se diagnostica habitualmente en la primera infancia (antes de los tres años) y se caracteriza por  una marcada indiferencia ante los demás y ante el medio que rodea a la persona. Desde el punto de vista físico, el individuo autista es igual a los demás; sin embargo, desde muy temprana edad presenta conductas evidentemente distintas. Mientras que la mayoría de los bebes disfrutan cuando los levantan y los acarician, los bebes autistas no muestran ningún interés ante las manifestaciones de afecto de los demás. Al ir creciendo no forman vínculos con otras personas como la mayoría de los niños; en cambio, da la sensación de que se refugiaran dentro de si mismos. Muchos niños autistas también presentan conductas inusuales e impredecibles, como mecerse ininterrumpidamente, golpear con los pies mientras están sentados, o permanecer sentados durante largos periodos en perfecto silencio. Algunos presentan episodios de hiperactividad durante los cuales se muerden y se golpean.

Los niños autistas tienen dificultades de aprendizaje; además, no es raro que presenten discapacidad mental. El desarrollo del lenguaje suele ser demorado y, en muchos casos, no existe o está limitado a balbuceos o repetición de sonidos semejantes y carentes de sentido. Mientras que la inteligencia de algunos niños autistas es inferior a lo normal, la de otros se ajusta al rango normal. Algunos niños autistas con un nivel bajo de inteligencia en la mayoría de las áreas, son casi súper dotados en otras, como matemáticas o música. La mayoría de los niños autistas manifiestan una gran resistencia ante cualquier cambio en el ambiente o en las rutinas familiares.

La causa del autismo es desconocida. Estudios comparativos con hermanos mellizos indican que puede haber un componente hereditario en este trastorno. Algunos expertos opinan que se debe a un desequilibrio neurológico o una alteración que vuelve al individuo autista exageradamente sensible a los estímulos externos. Se sabe que el autismo no es causado por el abandono de los padres ni por su conducta, como se creía antes.

Estudios han revelado que los suplementos de vitamina B6 y magnesio dan buenos resultados en niños y adultos autistas. Además, suele haber una mejoría impresionante después de eliminar de la dieta aditivos químicos y alimentos alergenicos. Añade calcio, colina, complejo B, niacina, pantotenico, vitamina C, A y E, Bioflavonoides, selenio, zinc y betacarotenos.

Siga una dieta alta en fibra que conste entre el 50 y 75 por ciento de alimentos crudos, entre ellos muchas frutas y vegetales, además de arroz integral, lenteja y papa, consuma frijoles y legumbres, pescado, nueces, carne blanca de pavo, pechuga de pollo y semillas crudas. Elimine de su dieta el alcohol, la cafeína, alimentos enlatados y empacados, las bebidas carbonatadas, el chocolate, comida chatarra, sal, azúcar, dulces, grasa saturadas. De igual modo, evite productos como alimentos fritos, jamón, salchichas y todos los productos lácteos, excepto productos con bajo contenido de grasa.