Alteración del intestino que consiste en una excesiva retención de agua en el intestino grueso y el consiguiente endurecimiento de las heces, por lo cual se hace muy difícil su expulsión. Se caracteriza por la presencia de flatulencia (gases) y, en determinados casos, dolor abdominal.
Es importante saber que no todos lo estreñimientos son iguales:
*Estreñimiento agudo: de aparición repentina, ocasionado por algún cambio reciente (un nuevo tratamiento médico, problemas de estrés, embarazo), y que finaliza al solucionar el agente causal. No suele precisar tratamiento porque desaparece una vez controlado el agente causal, sin recaídas posteriores. Es el tipo más frecuente de estreñimiento en la población infantil.
*Estreñimiento crónico: origen definido y lejano en el tiempo, con recaídas frecuentes. Suele ser habitual en adultos y ancianos.
Puedes cambiar hábitos para poder controlar y hacer que tu intestino trabaje de una manera adecuada:
• Controlar el estrés: Es muy importante establecer unos horarios regulares de comidas, dormir lo suficiente, y distribuir el tiempo disponible para, en la medida de lo posible, evitar las prisas y los agobios al llevar a cabo las tareas diarias.
• Aumentar el consumo de líquidos: lo recomendable es consumir al menos 2 litros de agua al día, aunque se puede sustituir una pequeña cantidad de agua por otros líquidos como zumos naturales de naranja o jugo de manzana (son buenos laxantes), pero no olvides que el agua es la única bebida que no aporta calorías. Es importante evitar o, al menos, reducir, el consumo de bebidas con gas, refrescos, café, té y bebidas con alcohol.
• Realizar ejercicio suave a diario: establecer una rutina diaria de 20-30 minutos de paseo a un ritmo normal puede lograr una mejoría del estreñimiento.
• Seguir unos buenos hábitos regulares de vaciado intestinal: No se deben reprimir las ganas de acudir al baño, y es conveniente acostumbrarse a defecar más o menos a la misma hora. Para conseguir este objetivo, al principio será preciso ir al baño sin ganas pero, progresivamente, el intestino adquirirá el hábito de trabajar a esa hora.
• Aumentar la ingesta de fibra: está demostrado que un escaso aporte de fibra en la dieta diaria es una de las principales causas de estreñimiento en un alto porcentaje de la población. La fibra está presente en la composición de muchos alimentos (Principalmente en frutas y verduras, aunque no debes olvidar algunos cereales) y sobre todo evita comer grasas saturadas.
Las recomendaciones diarias de fibra son:
• Adultos: a partir de los 18 años, las recomendaciones son de 20-35 g/día, variando en función de la situación fisiológica; así, la mujer gestante precisará un aporte superior de fibra debido a la tendencia al estreñimiento durante el embarazo. Lo mismo ocurre con los ancianos, en los que es recomendable un aporte elevado de fibra y un aumento de la ingesta de líquidos, debido al enlentecimiento intestinal que se produce en esta etapa de la vida.
• Niños y adolescentes: Un aporte de fibra en los niños siguiendo la siguiente regla: aporte de fibra = edad del niño + 5g como aporte mínimo diario y edad + 10g como aporte máximo. No obstante, las necesidades de fibra, sobre todo a partir de los 9 años, no es igual en niños que en niñas.