Perder peso es algo que suele estar en nuestra lista de “cosas por hacer”. Siempre buscamos dietas, remedios o consejos que nos ayuden a perder peso. El periodo tras haber sufrido la menopausia es un tiempo en el que es más difícil perder peso, por eso vamos a dar aquí algunos consejos sobre qué hacer en esta época determinada para que nos sintamos bien con nosotras mismas y con nuestra figura.

QUÉ ES LA MENOPAUSIA. SÍNTOMAS

La menopausia es el periodo en el que la fase reproductiva de la mujer termina. Con el tiempo, nuestros ovarios pierden progresivamente la habilidad de producir las hormonas que regulan el ciclo menstrual: estrógeno y progesterona. Por tanto, cuando termina la menstruación, empieza la  menopausia. Suele tener lugar entre los 45 y 55 años de edad.

Al producirse esto, nuestro cuerpo cambia, y se producen desequilibrios sobretodo de carácter hormonal, que provocan síntomas, por lo general, desagradables, como son: sofocos, sudores fríos, problemas para dormir, dolores articulares, problemas urinarios, problemas sexuales y problemas psicológicos, entre otros.

¿PERDER PESO TRAS LA MENOPAUSIA?

En este periodo de tiempo, conviene tener especial cuidado con nuestra salud, ya que nuestro cuerpo está experimentando cambios. Al ralentizarse el metabolismo, resulta más fácil engordar y coger peso, a pesar de que consumamos los mismos alimentos de siempre y con la misma frecuencia.

CONSEJOS PARA PERDER PESO TRAS LA MENOPAUSIA

No es recomendable seguir una dieta estricta, que nos prive de consumir ciertos alimentos, ya que necesitamos que nuestra dieta sea completa. Además, este tipo de dietas, por lo general, consiguen resultados inmediatos, pero a lo largo de los meses el peso se vuelve a coger. De esta manera, se entra en un círculo vicioso de perder peso casi instantáneo y volver a cogerlo en un tiempo.

La mejor forma de tener una dieta completa y equilibrada, que nos ayude a ir bajando peso, de forma gradual, sin resultados visibles a corto plazo, pero seguros, es incrementar el consumo de frutas y verduras, por su gran cantidad de minerales y vitaminas. También, poco a poco, se pueden sustituir los platos de carne por aquellos que incluyan pescado. Ambos alimentos son ricos en proteínas, pero es necesaria una compensación en su consumo, y no un desequilibrio. Por último, conviene ir dejando de lado aquellos alimentos que contengan grasa en exceso, como los fritos, o aquellos con contenidos altos en azúcares, como los dulces.

La reducción de la sal en los menús también es buena, ya que previene la retención de líquidos, problema bastante normal en esta época.

Por último, realizar ejercicio físico siempre debe estar a la orden del día. Con tres veces por semana que se realice, nos ayudará a estar saludables, y a ir perdiendo peso progresivamente. Lo importante no es hacer esfuerzo en la realización del ejercicio, ya que podríamos causarnos daños, sino la regularidad y la constancia.