El hígado graso es una enfermedad hepática bastante común. Se sucede cuando existe una acumulación excesiva de grasa en este órgano, afectando a sus funciones básicas e inflamando sus células. Pero puede tratarse mediante una dieta adecuada. Te enseñamos qué frutas pueden ayudarte.

1. El tamarindo, la fruta del hígado graso

¿Conoces las maravillas curativas de esta fruta tropical? Son muchos los estudios realizados al respecto, destacándose ante todo su gran valor nutricional. El tamarindo es un excelente depurativo que mejora nuestra digestión, que nos permite bajar de peso, que gracias a su contenido en fibra y ácidos insaturados nos ayuda a tratar la arterioesclerosis. Y cómo no, nos ayuda a curar el hígado graso.

Pero, ¿cómo lo hace? El tamarindo tiene propiedades protectoras y descongestionantes del hígado. Es ideal para tratar los problemas biliares, ya que logra vaciar y curar la vesícula biliar. Depura y corrige el colesterol, reduciendo la grasa del hígado graso. No dudes pues en consumir esta maravillosa fruta, siendo el mejor modo la infusión: 30g. de hojas secas por litro de agua. Hasta 3 tazas diarias, recuerda.

2. El limón, el gran depurativo

Nos encanta el limón. Tomar cada día un vaso de agua mineral junto al jugo de un limón, es un remedio perfecto para tratar nuestro hígado graso. Es  un gran agente desintoxicante, rico en vitamina C y grandes niveles de ácido cítrico. El gran secreto del jugo de limón es que nos permite descomponer la comida en el estómago, haciendo que las digestiones sean más fáciles y adecuadas. Todo ello se debe a estos ácidos de la fruta, que estimula al estómago y protege nuestro hígado.

3. Las bondades de las refrescantes peras

¿Eres una apasionada de las peras? Entonces estás de suerte. Son unas frutas con grandes nutrientes, es dulce, refrescante y se utiliza para muchas dolencias. No tenemos más que recordar ese famoso dicho de “estar más sano que una pera”.

Todo ello se debe a su alto contenido en agua, en las energías que nos aporta, siendo básicamente una fruta ideal para seguir dietas y bajar de peso. Dispone además de un alto contenido en levulosa lo cual convierte a las peras en unas frutas adecuadas para aquellas personas que sean diabéticas.

Dispone además de fibra insoluble y soluble, favoreciendo la eliminación del colesterol y regulando la función intestinal, además de, cómo no, combatir el estreñimiento gracias en especial a su contenido en pectina. Como curiosidad te diremos que consumir solo dos peras al día, cubren el 20% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C, cerca del 10% de la de ácido fólico y una buena dosis de vitamina del complejo B (B1, B2 y en menor proporción B3 y B6) y vitamina E.

Todo ello la convierte en un excelente protector del hígado, ya que su alto contenido en ácidos orgánicos hace que trate por ejemplo nuestro dolor de estómago, elevando la secreción de jugos gástricos, y depurando además de modo ideal nuestro páncreas e hígado. No lo olvides, ya sea de forma natural o en su jugo, consume cada día una pera y verás todo lo que haces por tu salud.

4. El beneficio del jugo de melón con semillas de papaya

¿Conocías quizá este sencillo remedio? Es un modo muy adecuado de depurar nuestro hígado, puesto que como ya sabes, nuestro objetivo va a ser ante todo reducir la incidencia de esas grasas, permitiendo que ese laboratorio del cuerpo humano que es el hígado donde se produce la bilis, siga cumpliendo sus funciones básicas, como permitir la absorción intestinal de las grasas y las vitaminas, además de eliminar las sustancias tóxicas y el exceso de colesterol.

Tomar por ejemplo todas las tardes te puede servir de ayuda para tratar tu hígado graso, toma nota:

¿Qué necesito para hacer mi jugo de melón y semillas de papaya?

Dos cortadas de melón
Un vaso de agua fresca.
Dos semillas de papaya.

¿Cómo lo preparo?

Lleva todos los ingredientes a la licuadora y procesa bien. Para después, beberlo poco a poco masticando muy bien las semillas de papaya. Verás que bien te sienta.

5. Las adecuadas propiedades de las fresas

Las fresas, además de deliciosas, se alzan como un remedio excelente para depurar el hígado y desintoxicar nuestro cuerpo. Disponen de fibra, de vitamina C, una sustancia antioxidante que, además, protege al cuerpo fortaleciendo el sistema inmune. Sus ácidos orgánicos  son además ideales para proteger nuestro hígado gracias a sus efectos desinfectantes y antiinflamatorios. Las fresas son además muy ricas en agua, nos evitan las retenciones de líquido, reducen la hipertensión y reducen el ácido úrico.

Destacar que entre sus minerales, las fresas nos ofrecen sobre todo potasio, magnesio, hierro, fósforo, yodo y calcio… Sería pues perfecto que cuando fuera la temporada, consumieras unas siete u ocho al día. Puedes prepararte ricos jugos con ellas o incluso un té de fresas. Si le añades un poco de jugo de limón, será un gran desintoxicante.