Hipertensión, colesterol… enfermedades que afectan a la salud de nuestro corazón y que cursan en ocasiones de modo silencioso. Nuestra nutrición es básica para mantener una buena calidad de vida, y las frutas, son esos tesoros naturales que tanto hacen por nuestra salud cardíaca.

¿Qué frutas pueden cuidar de mi corazón?

Las frutas son esos regalos de la naturaleza henchidos de vitaminas, minerales y fibra. Son esenciales en nuestra pirámide de nutrición, siendo 5 las piezas que debemos tomar al día. Pero ¿Tú lo haces? Cinco piezas de frutas y  cinco de verduras son las recomendables, pero dentro de esta lista, existen unas cuantas que son muy beneficiosas para el corazón. ¿Te interesaría saber cuáles son?

1. La salud está en el rojo

Frutos rojos

¿Por qué rojo? Por una sencilla razón, las frutas que disponen de ese atractivo color rojo, son ricas en antioxidantes, y sobre todo, en ese llamado licopeno, tan adecuado para cuidar de nuestra salud cardíaca. Las frutas como el pomelo o la toronja rosada y la sandía, por ejemplo son las más ricas en este tipo de antioxidante.

Las antocianinas también se encuentran en las frutas rojas como las manzanas y las cerezas, ideales para mejorar nuestra circulación y limpiar nuestras venas. El ácido elágico, que nutre por ejemplo las bayas rojas y las granadas son sin duda unas  de las más adecuadas para regular la tensión, el colesterol, mejorar la circulación… y además, son conocidas por ser unas buenas ant-cancerígenas. Y qué decir de las uvas y moras rojas o moradas, famosas por su contenido en ese antioxidante llamado resveratrol,muy adecuado para prevenir ataques cardíacos. Así que ¿Y si las incluimos en nuestros desayunos? No olvides tampoco las fresas, papayas y los arándanos, básicos para nuestro cerebro y nuestro corazón.

2. Los beneficios del verde

¿Qué frutas te vienen a la cabeza que sean de color verde? Los kiwis, los melones, las manzanas verdes, las peras… en efecto. Todas estas frutas disponen de ácido fólico, de calcio, de hierro, vitamina K y el siempre imprescindible magnesio tan básico para las mujeres. Estas frutas limpian nuestra sangre y nos previenen de muchas enfermedades del corazón. Ideal por ejemplo si empiezas el día con una pera o con una manzana.

3. Los apetecibles frutos morados

Los frutos morados, negros, azules o púrpuras, son para los médicos y nutricionistas uno de los mejores aliados para la salud cardíaca. Son muy ricos en antioxidantes, reducen el colesterol, son digestivos e incluso anti-cancerígeno. Es recomendable que los consumas siempre que sea la temporada, aunque comprendemos también que no siempre son fáciles de encontrar dependiendo del lugar en el que vivas. Son muy adecuadas las ciruelas, los higos morados, las grosellas negras, ciruelas, bayas de saúco y uvas pasas…

4. Frutas de color claro

Las frutas de color claro como los plátanos, los melocotones, las nectarinas blancas, son muy ricas en vitaminas, minerales y fitoquímicos que promueven la salud del corazón. Es recomendable por ejemplo tomarnos un plátano en la cena. Además de ser muy ricos en potasio son muy útiles para relajarnos. Si lo tomas maduro, es decir, aquellos que disponen de muchas manchitas, también son buenos para prevenir el cáncer.

¿Cómo debo tomar la fruta?

Toma siempre la fruta en su forma fresca. Ya sea en su pieza entera o en su jugo. Con ello queremos decirte que no serán adecuadas las mermeladas que por ejemplo compramos en el supermercado. Una mermelada de naranja o de fresa, nunca contendrá las vitaminas naturales de la fruta original. Además sus azúcares no son nada sanos.

Así pues, sería perfecto que tomaras frutas naturales en tu desayuno: una manzana, una pera, ciruelas… Puedes hacerte ricas ensaladas en tus almuerzos, hay muchas frutas que combinan muy bien con las espinacas por ejemplo, o con la lechuga.

Compra fruta cuando está en temporada, te costará un poco menos y su sabor y sus propiedades serán más beneficiosas para tu corazón. Aprovecha pues aquellas frutas que sean típicas de tu tierra, intentando no trasformarlas demasiado, es decir, no les añadas azúcar ni nata, por ejemplo.