Estas moléculas proteínicas energizadas son necesarias prácticamente para todas las actividades bioquímicas que se llevan a cabo en el organismo. Las enzimas son esenciales para la digestión de los alimentos, la estimulación del cerebro, el suministro de energía a las células, y la reparación de los tejidos, órganos y células. Aunque hubiera suficientes vitaminas, minerales, agua y demás nutrientes, la vida – como la conocemos – no podría existir sin las enzimas.

El papel primordial de las enzimas es servir de catalizadores, es decir, acelerar o retardar los cientos de miles de reacciones químicas que se efectúan en el organismo y que controlan los procesos vitales. Si no fuera por la acción catalítica de las enzimas, la mayor parte de esas reacciones serian demasiado lentas para sostener la vida. Las enzimas no se gastan en las reacciones que ellas mismas facilitan.

Cada enzima tiene una función específica en el organismo que ninguna otra enzima puede cumplir. Su estructura química solo le permite a cada enzima iniciar una reacción en determinada sustancia, o en un grupo de sustancias químicas estrechamente relacionadas, pero no en otras. La sustancia sobre la cual actúa la enzima se llama sustrato. Debido a que cada sustrato requiere una enzima distinta, el organismo tiene que producir muchas enzimas diferentes.

Las enzimas intervienen prácticamente en todas las funciones del organismo. Las enzimas digestivas descomponen las partículas de alimentos para que puedan almacenarse en el hígado o en los músculos. Otras enzimas convierten después esa energía almacenada en sustancias que el organismo utiliza de acuerdo con sus necesidades. El hierro se concentra en la sangre gracias a la acción de las enzimas; algunas enzimas de la sangre hacen que esta coagule a fin de detener el sangrado. Las enzimas uricoliticas catalizan la conversión del ácido úrico en urea. Las enzimas respiratorias facilitan la eliminación del dióxido de carbono de los pulmones. Además, las enzimas les ayudan a los riñones, al hígado, pulmones, al colon y a la piel a eliminar del organismo desechos y toxinas. Así mismo, utilizan los nutrientes que han ingresado al organismo para construir nuevo tejido muscular, células nerviosas, hueso, piel y tejido glandular. Las enzimas promueven la oxidación de la glucosa a fin de crear energía para las células.

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