Los aminoácidos son las unidades químicas o “elementos constitutivos” de las proteínas. Además de combinarse para formar las proteínas del organismo, algunos aminoácidos actúan como neurotransmisores o como precursores de neurotransmisores, las sustancias químicas que llevan información de una célula nerviosa a otra. Determinados aminoácidos son, pues, necesarios para que el cerebro reciba y envié mensajes. A diferencia de muchas otras sustancias, los neurotransmisores pueden atravesar la barrera hematoencefalica, una especie de escudo defensivo que protege al cerebro de las toxinas y los invasores que pueden estar circulando por el torrente sanguíneo. Las células endoteliales que forman las paredes de los capilares del cerebro están mucho más entretejidas que la de los capilares de otras partes del organismo. Esto impide que muchas sustancias, especialmente a base de agua, traspasen las paredes de los capilares y se introduzcan en el tejido cerebral. Como algunos aminoácidos pueden atravesar esta barrera, el cerebro se vale de ellos para comunicarse con células nerviosas de otras partes del organismo.

Los aminoácidos también les permiten a las vitaminas y a los minerales desempeñar adecuadamente su función. Incluso si el organismo asimila y absorbe las vitaminas y los minerales, estos no funcionan eficazmente a menos que estén presentes en los aminoácidos necesarios. Por ejemplo, un nivel bajo del aminoácido tirosina puede ocasionar deficiencia de hierro. La deficiencia y/o el metabolismo defectuoso de los aminoácidos metionina y taurina se ha relacionado con alergias y alteraciones autoinmunes. Muchas personas de avanzada edad sufren de depresión o de problemas neurológicos que pueden estar asociados con deficiencias no solo de los aminoácidos tirosina, triptófano, fenilalanina e histidina, sino también con deficiencias de los aminoácidos de cadena ramificada (valina, isoleucina y leucina). Estos aminoácidos se pueden utilizar para suministrarle energía directamente al tejido muscular.

Hay aproximadamente 28 aminoácidos conocidos que se combinan en varias formas para crear los cientos de tipos distintos de proteínas presentes en todos los seres vivos. En el cuerpo humano, el hígado produce alrededor del 80% de los aminoácidos que se necesitan. El 20% restante debe obtenerse en la dieta. Estos son los llamados aminoácidos esenciales. Los aminoácidos esenciales, que el organismo tiene que obtener en la dieta, son: histidina, isoleucina, lisina, metionina, valina, fenilalanina y triptófano. Los aminoácidos que pueden ser elaborados por el organismo a partir de otros aminoácidos que se obtienen de la dieta se llaman aminoácidos no esenciales y entre ellos están alanina, arginina, acido aspartico, cisteína, acido glutamico, ornitina, serina, taurina y tirosina.

El hecho de que estos aminoácidos se denominen “no esenciales” no significa que sean innecesarios; quiere decir que no tienen que provenir de la dieta porque el organismo los puede producir de acuerdo con sus necesidades.