La sinusitis es la inflamación de los senos paranasales, cuatro pares de cavidades en los huesos del cráneo que forman parte del sistema de desagüe de la cabeza. Hay senos encima de los ojos (senos frontales), a cada lado de la nariz, por dentro de los pómulos (senos maxilares), detrás del tabique nasal (senos esfenoidales) y de la parte superior  de la nariz (senos etmoidales). A pesar de que todos los senos pueden resultar afectados, en la mayoría de los casos la sinusitis afecta a los senos frontales y/o a los senos maxilares. Sin embargo, cada individuo tiende a presentar problemas en un par particular. Cuando los senos son demasiado pequeños o por ubicación no alcanzan a manejar el volumen de moco que se produce, se puede obstruir. La presión en los senos aumenta y ocasiona dolor. La obstrucción de los senos durante un periodo largo favorece la infección.

La sinusitis puede ser aguda o crónica. La causa de la sinusitis aguda suele ser una infección bacteriana o viral en la garganta, nariz o el tracto respiratorio superior, como ocurre en el resfriado común. Más del 50% de todos los casos de sinusitis son producidos por bacterias. La sinusitis crónica, por su parte, puede deberse a pequeños crecimientos en la nariz, a lesión en los huesos nasales, tabaquismo y a exposición a olores y emanaciones irritantes: la sinusitis alérgica puede ser provocada por fiebre del heno o por alergias alimentarias, especialmente  a la leche y a los productos lácteos. La gente cuyo sistema inmunológico esta débil es susceptible a la sinusitis producida por los hongos, una condición potencialmente peligrosa que requiere tratamiento intensivo.

Entre los síntomas de la sinusitis están fiebre (habitualmente baja, aunque en algunos casos puede ser alta), tos, dolor de cabeza, dolor de oído, dolor de muelas, dolor en la cara, presión en el cráneo, dificultad para respirar por la nariz, pérdida del sentido del olfato y la sensibilidad anormal en la frente (justo por encima de los ojos), en los pómulos o en el área del tabique nasal  de causa dolor, es posible que tenga infectado los senos paranasales. En algunas ocasiones la sinusitis produce hinchazón en la cara, congestión nasal y secreción espesa.  Los síntomas de la sinusitis pueden producir otros efectos desagradables. El goteo pos nasal ocasiona dolor de garganta, nauseas y mal aliento; la dificultad respiratoria puede propiciar los ronquidos y la pérdida del sueño.

Tome agua destilada y jugos de frutas y vegetales frescos en abundancia. Consuma también muchos líquidos calientes como sopas y tés de hierbas. Estos líquidos ayudan a que la mucosidad fluya, lo cual alivia la congestión. No consuma productos lácteos, excepto yogur y queso cottage.  Haga una dieta que consista en un 75% de alimentos crudos.

Haga inhalaciones de vapor para promover el drenaje y aliviar la presión. Ponga a hervir una olla de agua y agregue unas cuantas gotas de aceite de eucalipto. Retire la olla del fuego y coloque la cara a unos 15 cm de distancia para inhalar el vapor. No olvide consumir vitamina A, betacaroteno, complejo B, pantotenico, vitamina B6, Vitamina C, Bioflavonoides, Vitamina E y zinc.

No fume y evite los ambientes donde hay humo.

Si después de una semana la secreción nasal se vuelve transparente, es probable que usted no tenga ninguna infección; en cambio, si es verdosa o amarillenta, probablemente si tiene una infección. Si la mucosidad es transparente y usted no presenta otros síntomas de resfriado, quizás se trata de alguna alergia.