Los forúnculos son nódulos redondeados llenos de pus que se forman en la piel a causa de la bacteria Staphylococcus aureus. Esta infección comienza en la porción más profunda del folículo, piloso, desde donde las bacterias se abren paso hacia las capas más profundas de la piel, lo que facilita la propagación de la inflamación. Entre los factores que inciden en el desarrollo de los forúnculos están mala nutrición, debilidad del sistema inmunológico por enfermedad, diabetes mellitus y medicamentos inmunosupresores.

Los forúnculos son frecuentes entre los niños y los adolescentes. Suelen aparecer en el cuero cabelludo, los glúteos, la cara o las axilas. Se presentan súbitamente, son dolorosos, de consistencia blanda y de color rojo. Entre las señales de que se está formando un forúnculo están prurito, dolor moderado y edema localizado. En el transcurso de 24 hrs, el forúnculo adquiere un color rojizo y se llena de pus. También se puede presentar fiebre e inflamación de las glándulas linfáticas cercanas al forúnculo.

Los forúnculos son contagiosos. La pus que drena cuando el forúnculo se abre puede contaminar la piel circundante y dar origen a otros forúnculos, o puede entrar al torrente sanguíneo y esparcirse a otras partes del organismo. Un carbunco es una agrupación de forúnculos que aparece cuando la infección se propaga y se forman nuevos forúnculos. El desarrollo de un carbunco puede ser señal de debilidad del sistema inmunológico.

Cuando no se tratan, los forúnculos maduran, se abren, drenan y sanan en el transcurso de 10 a 25 días. Pero cuando se tratan, los síntomas son menos severos y es posible que no aparezcan nuevos forúnculos.

Mantenga limpia la piel. Lave el área infectada varias veces al dia y aplique un antiséptico. También es provechoso aplicarse emulsiones de vitamina A y E. Añada a su alimentación o tratamiento: Vitamina C y Q10.

 

Phyllis A Balch. (2000). Recetas Nutritivas que curan. New York: AVERY.