Una gran cantidad de alimentos que vemos en el mercado están envasados en latas. Parecería que es lo más normal y saludable del mundo. Sin embargo, varias investigaciones indican que este material genera un compuesto tóxico que perjudica nuestra salud. En el siguiente artículo conocerás cuáles son los peligros de comer enlatados.

Las latas tienen un recubrimiento especial hecho con resinas de bisfenol A. No importa que recuerdes este nombre, lo que si debes saber es que se acumula en el cuerpo y sus efectos no son para nada buenos. Un estudio hecho en la Universidad de Harvard reveló que aquellas personas que consumieron durante cinco días consecutivos sopas enlatadas tenían una gran cantidad de Bisfenol A en la orina.

Luego se midieron los niveles por cinco días más sin ingerir este alimento y no se encontró dicha sustancia.

¿Es tóxico el Bisfenol A?

El Bisfenol A (BPA por sus siglas) es estudiado por muchos científicos. Una publicación del Journal of the Medical Association indica que este compuesto se usa para producir plásticos, resinas y latas. En Estados Unidos se dio a conocer un informe que muestra los altos niveles de BPA en bebés, niños y fetos.

Canadá fue el primer país del mundo en declararlo sustancia tóxica y lo mismo ocurrió en la Unión Europea, donde prohibieron este componente para producir biberones. Sin embargo, las resinas de BPA se siguen usando en otros productos, como es el caso del recubrimiento de las latas de metal donde se colocan alimentos y bebidas.

Todavía no hay información suficiente como para saber a ciencia cierta cuáles son todos los efectos dañinos de la acumulación de Bisfenol A en el organismo. Las pruebas con animales han sido alarmantes. Por ejemplo, se sabe que el BPA es un disruptor endocrino, es decir, que puede alterar el funcionamiento del sistema hormonal. Se lo vincula a la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.

Entonces, el problema no es tanto lo que contienen las latas (aunque también hay que prestar atención a ello), sino al contacto que los alimentos tienen con el Bisfenol A. Gracias a estos experimentos, los científicos están haciendo lo posible para que el BPA se elimine de los productos enlatados o hasta que ya no se comercialicen alimentos almacenados en estos contenedores.

Los riesgos de la comida enlatada

Además de las latas, el BPA está presente en el plástico y en ciertos alimentos al vacío. Los únicos envoltorios o recipientes que “se salvan” son los de vidrio o papel (¿te has puesto a pensar cómo cambia el gusto de un alimento según dónde lo guardes?).

Los productos químicos sintéticos que se usan para embalar, almacenar y procesar los alimentos son enemigos silenciosos. Nadie sabe lo que está ingiriendo y qué es lo que puede causar a la salud (o la de su familia). La mayoría de estos compuestos no son inertes, por lo cuál se pueden filtrar en la comida sin problemas.

Las personas que consumen mucha cantidad de alimentos enalatados son más propensos a exponerse a estas sustancias, que como se dijo anteriormente, causan obesidad, cambios hormonales, problemas cardíacos y diabetes.

Es verdad que no se sabe demasiado todavía al respecto, tampoco cuáles son las etapas cruciales dentro del organismo. Lo que si está confirmado es que las latas contienen sustancias tóxicas “populares” tales como el formaldehído, conocido entre los científicos por ser cancerígeno. Está también (aunque en menor medida) en las botellas de plástico.

Los peligros de las latas de atún

No hay dudas de que es uno de los alimentos más consumidos porque no requiere cocción y se puede añadir a cualquier preparación. Los beneficios del pescado (por contener ácidos grasos Omega 3 y fósforo) pueden quedar en el pasado por causa del mercurio que tiene las latas donde están contenido el atún.

El mercurio es un metal con efectos tóxicos en el sistema nervioso. Además de estar presente en las latas, se sabe que en algunas áreas donde se pescan ciertas especies el agua también lo contiene. Puede aumentar el riesgo de padecer infartos de miocardio, alteraciones neurosensoriales, interferencia en el desarrollo neurológico (en el caso del feto), etc.

Los riesgos del recubrimiento de las latas de aluminio

La gran mayoría de las latas que se utilizan para almacenar alimentos y se venden en el mercado tienen un revestimiento plástico, también conocido como resina epóxica, que se aplica en la superficie. Este procedimiento se realiza para evitar que los alimentos reaccionen y sus ácidos puedan erosionar el material. Ya que la idea de usar latas es que duren mucho tiempo, por ello es que tienen una forma circular y se les coloca ese revestimiento.

La intoxicación de las latas, un problema “antiguo”

Si piensas que el problema de los alimentos enlatados es nuevo, debes conocer la historia de la fatídica expedición de John Franklin por el Ártico, donde muchos de los tripulantes del barco murieron por comer comida en latas. Esto se pudo saber años después con diferentes estudios. La causa fue envenenamiento por plomo, que se usaba para soldar las latas de conserva. Si bien hay mucho de mito en este relato y que los procedimientos para almacenar alimentos han cambiado, es bueno saber que el problema de las latas no es algo nuevo.