La taurina se encuentra en altas concentraciones en el musculo cardiaco, los glóbulos blancos de la sangre, los músculos esqueléticos y el sistema nervioso central. La taurina es un elemento constitutivo de todos los demás aminoácidos y un componente clave de la bilis, que es necesaria para la digestión de las grasas, la absorción de las vitaminas solubles en grasa y el control del colesterol sanguíneo. La taurina puede ser utilizada por las personas que sufren de aterosclerosis, edema, problemas del corazón, hipertensión arterial o hipoglicemia. Es esencial para la adecuada utilización del sodio, el potasio, el calcio y el magnesio, y se ha demostrado que es importante para evitar que el musculo cardiaco pierda potasio. Esto ayuda a prevenir el desarrollo de arritmias cardiacas potencialmente peligrosas.

La taurina protege al cerebro, particularmente cuando esta deshidratado. Se utiliza para el tratamiento de la ansiedad, la epilepsia, la hiperactividad, el mal funcionamiento cerebral y las convulsiones. La concentración de taurina en el cerebro de los niños es cuatro veces más alta que en el de los adultos. Es posible que una cantidad insuficiente de taurina en el cerebro en desarrollo esté implicada en los ataques epilépticos. La deficiencia de zinc también es común en las personas epilépticas y esto podría tener relación con la deficiencia de taurina. Junto con el zinc, la taurina interviene en la función ocular, y la deficiencia de los dos puede deteriorar la visión.

Diversos trastornos metabólicos pueden producir perdida excesiva de taurina a través de la orina. Grandes pérdidas de taurina a través de la orina se asocian con arritmia cardiaca, formación  defectuosa de plaquetas, problemas intestinales, proliferación de cándida, estrés físico o emocional, deficiencia de zinc y consumo excesivo de alcohol. El excesivo consumo de alcohol también hace que el organismo pierda la capacidad de utilizar correctamente la taurina. La diabetes aumenta los requerimientos de taurina y, a la inversa, los suplementos que contienen taurina y cistina pueden reducir los requerimientos de insulina.

La taurina se encuentra en los huevos, el pescado, la carne y la leche, pero no en las proteínas de origen vegetal. Puede ser sintetizada a partir de la cisteína en el hígado, y a partir de la metionina en otras partes del cuerpo, siempre y cuando haya suficiente vitamina B6. Para los vegetarianos es crucial que el organismo la sintetice. Los individuos que tienen problemas genéticos o metabólicos que impiden la síntesis de taurina deben tomar suplementos de este aminoácido.

 

Phyllis A. Balch. (2000). Aminoácidos. En Recetas Nutritivas que curan (43,44). New York: AVERY.