Cuando el organismo está expuesto a ciertos químicos extraños, a menudo reacciona produciendo anticuerpos para defenderse contra esos invasores. En algunos individuos prácticamente cualquier sustancia produce una reacción. Entre los contaminantes del medio ambiente que suelen ocasionar problemas son: polución del aire, fumarolas de gas, aceite o carbón; formaldehido, cloro, fenol, acido carbólico o fenico, insecticidas, desinfectantes, pinturas, espray para el cabello, productos para la limpieza del hogar, y metales como el níquel, mercurio, cromo y berilio. Las alergias químicas suelen manifestarse como reacciones cutáneas. Otras posibles reacciones alérgicas a productos químicos son ojos llorosos, zumbido en los oídos, congestión nasal, diarrea, nauseas, trastornos estomacales, asma, bronquitis, artritis, fatiga, eccema, problemas intestinales, depresión y dolor de cabeza. Mientras que en algunas personas la reacción se presenta apenas entran en contacto con el alérgeno químico, en otras la comezón puede demorar hasta 24hrs en aparecer después de tener contacto con el agente irritante.
El primer paso para manejar la alergia a los productos químicos es determinar cual o cuales químicos producen la reacción alérgica y evitar todo contacto con ellos. Si el origen del problema no es claro, se debe consultar con un especialista en alergias.
Evite alimentos que hayan sido fumigado o que contengan colorantes artificiales (se encuentran en algunas naranjas y manzanas), agentes que aceleran la maduración o ceras protectoras. Evite todo lo que contenga colorante amarillo Nº 5. Lea cuidadosamente las etiquetas de todos los productos.
Añada a su alimentación Vitamina A, Vitamina E, Complejo B, B6, Vitamina C, Bioflavonoides, Selenio, Zinc, Metionina, Cisteína y Niacina.
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