Este mineral formador de acido, que interviene en la estructura química de los aminoácidos metionina, cisteína, taurina y glutatión, desinfecta la sangre, le ayuda al organismo a combatir las bacterias y protege el protoplasma de las células. Ayuda en los procesos  de oxidación del organismo, estimula la secreción de bilis y protege contra los efectos de las sustancias toxicas. Por su capacidad por proteger contra los efectos nocivos de la radiación y la polución, el azufre retarda el proceso de envejecimiento. Se encuentra en la hemoglobina y en todos los tejidos del organismo, y se requiere para la síntesis del colágeno, una proteína fundamental para darle a la piel su integridad estructural.

La humedad y el calor pueden destruir o modificar los efectos del azufre en el organismo. El azufre es la sustancia clave que hace del ajo el “rey de las hierbas”.

La col, frijol, los huevos, el pescado, ajo, cebolla, rábano, las carnes, soya y el germen de trigo contienen azufre, así como la hierba cola de caballo y los aminoácidos cisteína, lisina y metionina.