Al igual que los metales tóxicos, los químicos venenosos como cloro, desinfectante, metales pesados, herbicidas, insecticidas, productos derivados del petróleo y solventes, pueden introducirse en el organismo y afectar al funcionamiento de sus órganos. Éste es el envenenamiento con productos. Algunos químicos se absorben a través de la piel; otros se inhalan o se ingieren. Estos químicos representan una amenaza para el sistema inmunológico, que trata de liberarse de las sustancias venenosas. La consecuencia de la exposición a esa clase de venenos es el deterioro de los órganos internos, especialmente el hígado.
El envenenamiento crónico con productos químicos se presenta con frecuencia entre quienes utilizan o están expuestos a sustancias químicas en su trabajo, así como también utilizan cantidades excesivamente altas de esprays químicos. La gente que vive cerca de rellenos sanitarios o de ciertas instalaciones industriales también está expuesta crónicamente a químicos tóxicos. El envenenamiento agudo con productos químicos puede presentarse como resultado de la ingestión accidental de químicos de uso doméstico (esto puede ocurrir cuando hay niños) o del consumo inadecuado o excesivo de medicamentos.
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