Hay Fever (rinitis alérgica) es una reacción alérgica al polen que afecta e las membranas mucosas de la nariz, los ojos y las vías respiratorias. Entre sus síntomas están ardor en los ojos, secreción acuosa de la nariz y de los ojos, estornudos e irritabilidad nerviosa. Muchos de los síntomas de este mal son similares al resfriado común. No obstante, mientras que las secreciones producidas por las alergias son transparentes y acuosas, las secreciones producidas por el resfriado suelen adquirir una consistencia espesa y un color amarillo verdoso a medida que la enfermedad avanza. Además, mientras que el resfriado se asocia con fiebre baja y suele curarse después de una semana, las personas que sufren de alergia se sienten agotadas y sin energía durante semanas enteras.

La gente que sufre de hay fever suele presentar también los llamados trastornos atópicos, como asma y dermatitis. Se dice que las personas que sufren de síntomas de hay fever durante todo el año tienen rinitis perenne. Los síntomas pueden ser desencadenados por pelo de animal, polvo, plumas,  esporas de hongos o agentes del medio ambiente.

La gente que sufre de alergias por lo general sabe que época del año y que condiciones aumentan su sensibilidad.

Consuma más frutas (especialmente plátano), vegetales, granos, semillas y nueces crudas. Haga una dieta alta en fibra, tome yogur o algún producto agrio 3 veces por semana. Incluya buenas fuentes de coenzima Q10, Vitamina A, B6, B100, Vitamina C, zinc, Bioflavonoides, Vitamina E, calcio y Magnesio.

No consuma tartas, chocolate, café, productos lácteos (excepto yogur sin caseína), alimentos enlatados, bebidas gaseosas, azúcar, tabaco, productos con harina blanca ni comida chatarra.

Cuando llegue la estación en la cual usted sufre de alergia, pase la menor cantidad de tiempo al aire libre. Mantenga cerradas las ventanas durante el día. Si le gusta el deporte o hacer ejercicio al aire libre, hágalo en horas de la mañana porque la polinización del césped y del pasto se realiza al medio día y el viento transporta el polen hasta que cae al suelo por la noche. Después de pasar ratos al aire libre, dese una ducha y cámbiese de ropa. El polen se pega en el cabello, especialmente cuando hay mucho viento. Lavarse el cabello impide que el polen se introduzca en los ojos.