Este aminoácido contiene azufre y ayuda a la formación de la piel y el cabello, además de que es importante en los procesos de desintoxicación.

La cisteína está presente en la alfaqueratina, la principal proteína constitutivas de las uñas de los pies y de las manos, la piel y el cabello. La cisteína contribuye a la producción de colágeno, y favorece la elasticidad y la textura de la piel. También se encuentra en muchas otras proteínas del organismo, entre ellas varias enzimas digestivas.

La cisteína ayuda a desintoxicar el organismo de toxinas nocivas y los protege del  daño producido por la radiación. Es uno de los mejores destructores de los radicales libres y obra mejor cuando se toma con selenio y vitamina E. Este aminoácido también es precursor del glutatión, una sustancia que desintoxica el hígado ligándose a este órgano a sustancias potencialmente nocivas. La cisteína también ayuda a proteger el hígado y el cerebro del daño causado por el alcohol, las drogas y los compuestos tóxicos del humo del cigarrillo.

Como la cisteína es más soluble que la cistina, el organismo la utiliza más fácilmente y suele ser mejor para tratar la mayoría de las enfermedades. Este aminoácido se forma a partir de la L-metionina del organismo. La vitamina B6 es necesaria para la síntesis de la cisteína, pero este proceso no se lleva a cabo correctamente cuando existe alguna enfermedad crónica.

Los suplementos de L-cisteína son recomendables para el tratamiento de la artritis reumatoidea, el endurecimiento de las arterias y los trastornos mutogenicos, como el cáncer. Estos suplementos promueven la curación tras las cirugías y las quemaduras severas, chelate los metales pesados y se unen con el hierro soluble para ayudar a la absorción de este micro mineral. Este aminoácido también ayuda a quemar grasas y a construir musculo. Por su capacidad para descomponer la mucosidad del tracto respiratorio, la L-cisteína es provechosa para el tratamiento de la bronquitis, el enfisema y la tuberculosis.