Las vitaminas son esenciales para la vida. Contribuyen a la buena salud regulando el metabolismo y facilitando los procesos bioquímicos que liberan la energía a partir de los alimentos digeridos. Se consideran micronutrientes porque el organismo los necesita en cantidades relativamente pequeñas en comparación con nutrientes como los carbohidratos, las proteínas, las grasas y el agua.

Las enzimas son químicos esenciales y base de las funciones del organismo humano. Estos químicos esenciales actúan como catalizadores (activadores) en las reacciones químicas que continuamente tienen lugar dentro del organismo. Como coenzimas, las vitaminas colaboran con las enzimas para que todas las actividades internas del organismo se desarrollen adecuadamente. Algunas de las principales vitaminas son solubles al agua, mientras que otras son solubles a grasa. Las vitaminas solubles en agua (vitamina C y las del complejo B) deben suministrársele diariamente al organismo, pues no pueden ser almacenadas. Las vitaminas solubles a la grasa (A, D, E y K) se almacenan durante periodos más largos en el tejido graso y en el hígado. El organismo necesita ambas clases de vitaminas para poder funcionar correctamente

La sinergia es un fenómeno mediante el cual  dos o más vitaminas se combinan para producir un efecto más intenso. Por ejemplo, a fin de que los Bioflavonoides cumplan adecuadamente su tarea, tienen que tomarse junto con vitamina C. Estudios recientes han revelado que los Bioflavonoides son de gran importancia en la prevención del cáncer y muchas otras enfermedades.

Determinadas sustancias bloquean la absorción y los efectos de las vitaminas. Los antibióticos, por ejemplo, reducen de manera significativa la absorción de vitamina C.