La caries dental es, con el resfriado común, el problema de salud más frecuente en los seres humanos. No es un proceso natural, como mucha gente cree, si no una enfermedad bacteriana. Las bacterias de la boca se combinan con mucosidad y restos de alimentos y forman una masa viscosa llamada placa, que se adhiere a la superficie de los dientes. Las bacterias de la placa se nutren de azucares sin digerir y producen un ácido que desgasta el calcio y el fosfato de la dentadura. Si los depósitos viscosos no se eliminan, poco a poco erosionan los dientes. Primero se erosiona el esmalte (la capa exterior) y después, la dentina (materia dura y blanca de la que están formados los dientes). Cuando la caries no se controla suele avanzar hacia la pulpa, que contiene el nervio central del diente. Cuando esto sucede, se presenta dolor de muela. Esta situación lleva fácilmente a infecciones y a la formación de abscesos.
La caries dental depende de tres factores: la presencia de bacterias, la disponibilidad de azucares para la nutrición de las bacterias y la vulnerabilidad del esmalte dental. La mala nutrición y la higiene oral inadecuada son, quizás, los factores responsables de la mayoría de las caries dentales. Las personas más propensas a presentar caries son las que consumen grandes cantidades de carbohidratos refinados – especialmente alimentos pegajosos que se adhieren a la superficie de los dientes – y las que consumen snacks frecuentemente y no se lavan los dientes después. Otras personas muy propensas a la caries dental son las que, por razones que todavía no son claras, tienen demasiado acida la saliva y/o niveles más altos de lo normal de bacterias en la boca.
La caries dental casi nunca produce síntomas mientras no está muy avanzada. Pero cuando se encuentra en una etapa avanzada, los dientes se vuelven sensibles al calor, al frio y al azúcar. En etapas posteriores se puede presentar dolor de muela.
Consuma frutas y vegetales crudos en abundancia, pues contienen minerales que impiden que la saliva se vuelva demasiada acida. No olvide añadir a su dieta calcio, magnesio, vitamina A, Vitaminas del grupo B, Vitamina E, Vitamina C y D, además de zinc.
Evite las bebidas carbonatadas porque son ricas en fosfatos, que promueven la perdida de calcio en el esmalte dental.
Muchos odontólogos recomiendan hacerse rutinariamente tratamientos con fluorine para prevenir la caries, especialmente en los niños. Conviene hacerse chequeos por el odontólogo por lo menos una vez al año.
Para calmar el dolor de muela o de absceso mientras visita a su odontólogo, enjuague el área afectada con agua caliente salada.
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