Aproximadamente el 70% del cuerpo humano se compone de agua. De hecho, el agua del organismo es responsable de casi todos los procesos corporales, como la digestión, la absorción, la circulación y la excreción, o interviene en ellos. El agua es también el medio de transporte fundamental de los nutrientes por todo el cuerpo y, en consecuencia, es necesaria para todas las funciones estructurales del organismo. El agua ayuda a conservar la temperatura normal del cuerpo y es esencial para extraer del organismo el material de desecho. Por tanto, es muy importante reemplazar el agua que continuamente se pierde a través del sudor y la eliminación. Para que el organismo funcione adecuadamente, es esencial tomar por lo menos 8 vasos de agua de buena calidad al día. Mientras que el organismo pueda sobrevivir sin alimento durante aproximadamente 5 semanas, no puede sobrevivir sin agua más de 5 días.
Obtener agua de buena calidad parecería ser una tarea sencilla. Sin embargo, el consumidor se puede confundir porque el agua tiene varias clasificaciones:
Agua embotellada:
A causa de la preocupación por la seguridad del agua de uso doméstico y sus efectos sobre la salud, mucha gente está utilizando actualmente agua embotellada. El agua embotellada se suele clasificar según su procedencia (manantial, spa, sistema público de abastecimiento, etc.); según su contenido mineral, y/o según el tipo de tratamiento al cual ha sido sometida (desionzación, destilación al vapor, etc.). Debido a que hay coincidencias en estos criterios, una clase de agua puede corresponder a más de una clasificación. Además, como la mayor parte de los estados del país no tienen normas en cuanto al etiquetado, algunas embotelladoras pueden hacer afirmaciones incorrectas o engañosas.
Agua desionizada o desmineralizada:
Cuando la carga eléctrica de una molécula de agua ha sido neutralizada por medio de la adición o el retiro de electrones, el agua resultante se denomina desionizada o desmineralizada. El proceso de desionizacion retira nitratos, los minerales calcio y magnesio, y los metales pesados cadmio, bario, plomo y algunas formas de radio.
Agua Mineral:
El agua mineral es agua natural de manantial. Para que se pueda considerar mineral, además de contener minerales el agua debe fluir libremente desde su origen, no puede ser sometida a bombeo ni a ningún tipo de fuerza para que brote, y debe ser embotellada directamente de la fuente. Dependiendo del lugar del origen, el contenido mineral cambia. Sí, por ejemplo, usted presenta deficiencia de algunos minerales y toma agua mineral por sus efectos terapéuticos, debe tener en cuenta que minerales contiene el agua particular que está utilizando. Si está tomando agua con minerales de los cuales no carece, posiblemente no está beneficiándose sino, por el contrario, haciéndose daño.
La mayoría de las aguas minerales son carbonatadas. No obstante, algunas aguas con gas, se conocen como aguas minerales solo porque al agua del grifo filtrada o destilada le han adicionado bicarbonatos, citratos y fosfatos de sodio.
Agua con gas:
El agua con gas es agua que ha sido carbonatada. Es una alternativa saludable para las gaseosas o las bebidas alcohólicas, pero si esta sobrecargada de fructosa y otros edulcorantes no es mejor que las bebidas gaseosas. Lea siempre bien las etiquetas antes de hacer su compra.
No siempre es fácil entender donde se origina la carbonatación del agua con gas. El término “agua natural con gas” significa que su carbonatación tiene el mismo origen que el agua. En cambio, el término “agua natural carbonatada” significa que su carbonatación tiene un origen distinto del agua. Eso no quiere decir que el agua sea de mala calidad; por el contrario puede seguirse calificando como “natural”, pues su contenido mineral es el mismo que cuando brotó del suelo, a pesar de haber sido carbonatada en otra fuente. Las personas que sufren de problemas intestinales o de ulceras no deben tomar agua carbonatada porque irrita el tracto gastrointestinal.
Agua destilada al vapor:
Destilar el agua significa vaporizarla sometiéndola a ebullición. Al formarse, el vapor deja atrás la mayor parte de las bacterias, los virus, los químicos, los minerales y los contaminantes del agua. El vapor se traslada a una cámara de condensación, donde es enfriado y condensado para convertirse en agua destilada.
Cuando se ha consumido, el agua destilada elimina del organismo minerales inorgánicos que fueron rechazados por las células y los tejidos. Nosotros somos partidarios de beber únicamente agua destilada.
Balch, P. A. (2000). Recetas Nutritivas Que Curan (2.a ed.). Avery Trade.
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