Este mineral esencial es importante para el funcionamiento de la glándula prostática y para el desarrollo de los órganos de la reproducción. El zinc ayuda a prevenir el acné y regula la actividad de las glándulas sebáceas. También es necesario para la síntesis de las proteínas y para la formación de colágeno. Además promueve la salud del sistema inmunológico y la cicatrización de las heridas. El zinc también agudiza los sentidos del gusto y el olfato, protege el hígado contra el daño que ocasionan los agentes químicos y es vital para la formación de los huesos. Es uno de los componentes de la insulina y de muchas enzimas esenciales, entre ellas la enzima antioxidante superoxide dismutase. El zinc también ayuda a combatir y a prevenir la formación de radicales libres de otras maneras.
Para que la sangre tenga una concentración adecuada de vitamina E se requiere un consumo suficiente de zinc y una absorción correcta de este mineral. Además, el zinc aumenta la absorción de la vitamina A.
La deficiencia de zinc puede llevar a la perdida de los sentidos del gusto y el olfato. También puede hacer que las uñas se adelgacen, se desprendan y desarrollen manchas blancas. Otros síntomas de deficiencia de zinc son acné, retardo e la maduración sexual, fatiga, alteración del crecimiento, perdida de cabello, alto nivel de colesterol, visión nocturna alterada, impotencia, aumento de la susceptibilidad a las infecciones, infertilidad, problemas de memoria, propensión a la diabetes, trastornos de la próstata, resfriado y gripe recurrentes, lesiones cutáneas y cicatrización lenta de las heridas.
El zinc se encuentra en los siguientes alimentos: yema de huevo, levadura de cerveza, pescado, algas, legumbres, habas, hígado, carne, hongos, aves de corral, semillas de calabaza, sardinas, mariscos, semillas de girasol, granos enteros, alfalfa, manzanilla, perejil y cordero.
Los niveles de zinc pueden descender a causa de la diarrea, las enfermedades renales, la cirrosis hepática y la diabetes. El consumo de fibra también afecta a esos niveles porque hace que el zinc se excrete por el tracto intestinal. El sudor también produce una pérdida significativa de zinc.
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