En teoría, el organismo del ser humano debería digerir cualquier tipo de alimento que el individuo consuma; sin embargo, los cambios en el procesamiento y preparación de alimentos, así como el sedentarismo impactan negativamente en este proceso digestivo.
Para evitar complicaciones de algunos padecimientos e inflamación, las personas deben evitar algunos alimentos como las grasas saturadas, e incrementar el consumo de otros que le ayuden a regular el movimiento intestinal.
Por eso, Nutrición Ortomolecular te da algunos ejemplos de lo que debes o no incluir en tu dieta, para que tu organismo funcione adecuadamente y goces siempre de buena salud.
¡Evítalos!
Alimentos fritos y grasosos: Este tipo de comida puede generar reflujo, ardor de estómago, esteatorrea (exceso de grasa en las heces) y el síndrome de intestino irritable.
Comida picante: El exceso de chile en los alimentos puede provocar reflujo, dolor estomacal, síndrome de intestino irritable o acidez crónica.
Lácteos: Algunas personas son intolerantes a la lactosa, lo que puede generar diarrea, flatulencia, inflamación abdominal y calambres.
Alcohol: Las bebidas alcohólicas relajan el esfínter esofágico, lo que puede detonar padecimientos como reflujo, acidez estomacal, diarrea y calambres.
Maíz: Este alimento rico en fibra contiene celulosa, la cual puede afectar a las personas que carecen de una enzima necesaria para digerirla.
¡Inclúyelos en tu dieta!
Yogur: Contiene bacterias benignas que ayudan a mejorar la digestión y reconstruyen la flora intestinal.
Pescado y pollo: Este tipo de carnes magras previenen enfermedades cardiovasculares y cáncer de colon.
Cereal integral: Los granos enteros como el trigo, avena y arroz son una excelente fuente de fibra, que ayuda a regular el sistema digestivo, disminuye el colesterol malo y brinda una sensación de saciedad.
Plátanos: Esta fruta ayuda a regular el sistema digestivo, así como a restaurar los electrolitos y potasio. Además, contiene mucha fibra.
Jengibre: Este producto es utilizado para aliviar náuseas, vómitos, mareos, flatulencias, pérdida de apetito y cólicos. Se recomienda consumirlo con moderación, debido a que las altas dosis pueden generar acidez estomacal.
Los especialistas recomiendan consumir alimentos naturales y balanceados para evitar diversas enfermedades gastrointestinales. Y tú, ¿cómo equilibras tus alimentos?
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