Llegamos cansadas a casa y comemos lo primero que encontramos en la nevera. Calentamos algo rápido en el microondas y cenamos. ¿Te ves identificada? No pasa nada si lo hacemos alguna vez, pero lo importante es que este tipo de comportamientos alimenticios no se conviertan en un hábito.

La cena es una parte muy importante del día. Si sigues una dieta de adelgazamiento es vital que no te saltes este momento. Es una forma de mantener activo el metabolismo y de cuidar de nuestra salud. Ahora bien, también es imprescindible conocer qué incluyes en tus platos. Hay alimentos que no son digestivos en esta última comida del día, o puede que te impidan poder conciliar un buen sueño. ¿Quieres descubrir toda la información con nosotros?

1. Carnes rojas

Normalmente, pasamos todo el día fuera de casa y llegamos con hambre. Con ganas de prepararnos un buen plato con el que quedar saciadas y alimentarnos adecuadamente. De ahí que sea habitual que cocinemos, por ejemplo, algo de carne que acompañar con verduras. Un bistec con un poco de ajo y aceite, por ejemplo. Un plato rico en hierro y proteínas.

¿Es adecuado? No, en absoluto. Ten en cuenta estas razones:

Las carnes rojas son ricas en proteínas, sin duda, pero cuesta mucho digerirlas y por las noches va a originar que tu estómago esté activo durante mucho tiempo.

Puedes tener dificultades para dormir, es posible que sufras hinchazones, gases e incluso molestias más serias.

Si deseas prepararte algo de carne, elige una pechuga de pavo. Si la cocinas a la plancha, con un poco de limón, la digerirás mucho mejor. Es una carne más saludable y con menos grasas.

2. Las pizzas

Lo sabemos, nos encantan las pizzas. Son fáciles de hacer y suponen un recurso rápido para esa última comida del día. Debes saber que las pizzas están elaboradas con harinas refinadas, una masa rica en grasas que van a hacer que subamos de peso y que nos cueste mucho digerirlas.

Puede que pienses también que por incluir verduras en la pizza, serán más saludables pero, por lo general, si también le añades queso y otras especias o salazones, todo ello supondrá un impacto demasiado fuerte para tu estómago. No es un alimento saludable para tus cenas. Siempre será más recomendable consumirlas durante el día.

3. La leche

Tradicionalmente, la leche tibia es uno de esos alimentos clásicos para tomar antes de ir a dormir. Al ser rica en triptófano, es un medio ideal para obtener un buen descanso. Cabe decir que todo dependerá de cada persona. Si te has acostumbrado a tomarla, por ejemplo, con un poquito de miel, es posible que te sea adecuada pero, por lo general, no es recomendable. Te explicamos por qué:

La leche, por la lactosa incluida en ella, no son fácil de digerir. Es más, hay muchas personas intolerantes a la lactosa que no pueden sintetizar adecuadamente este disacárido de origen animal. Hemos de ir con cuidado.

Cabe recordar además que la leche es rica en proteína animal y calcio, dos elementos que no son muy digestivos para las últimas horas del día.

Es posible que la leche tibia siempre te haya ido bien para dormir, pero sabes que dispones de otras opciones un poco más saludables. La bebida de almendras, por ejemplo, resulta más digestiva y es, además, muy eficaz para conciliar el sueño.

Pruébala en alguna ocasión.

4. Las ensaladas con lechuga

¿Qué puede ser más saludable que una rica ensalada? Cuidado, puede que por las noches esta opción no sea muy adecuada. Ten en cuenta las siguientes razones:

La lechuga es sabrosa y estupenda para combinarla en nuestras ensaladas, pero dispone de un alto contenido en fibra insoluble y hace que podamos sufrir gases e hinchazón abdominal por las noches.

Todo dependerá de tu propio organismo. Hay personas que pueden comerlas sin tener problema alguno por las noches, así que debes ser tú quien valore esta opción. No obstante, y por lo general, suelen ocasionar molestias. Una opción saludable es prepararnos ensaladas campestres con tomates.

Otro vegetal con el que debes ir con cuidado por las noches es el apio. También dispone de mucha fibra y, como sabes, por las noches no resulta muy adecuado consumir altas cantidades de este elemento.

5. El ajo y la cebolla

Lo mejor es consumirlos con moderación durante nuestras cenas. Si incluyes ajos o cebollas crudas en tus platos, corres el riesgo de que tu estómago se inflame en estas últimas horas del día y sufrir una indigestión.

Lo mismo ocurre con los platos muy picantes. Son muy sabrosos pero, si los incluimos en nuestras cenas, serán como “una espada de Damocles”. Es posible que hoy te sienten bien, pero mañana puedes sufrir sus consecuencias.

6. Arroces y pastas

¿Unos macarrones para cenar? ¿Un buen arroz calentito? En ocasiones llegamos con mucha hambre a casa y soñamos con un buen plato elaborado con el que disfrutar tranquilamente, pero no es lo más adecuado.

Siempre será más recomendable consumir los hidratos complejos de los vegetales y verduras antes que los del arroz o la pasta.

Si estos últimos te gustan mucho, lo ideal es consumir en tus cenas pequeñas cantidades. De ese modo controlamos un poco más los hidratos de carbono que, al fin y al cabo, son calorías que no vamos a poder quemar por las noches. Así que, si eres una fanática de los macarrones, del arroz o la lasaña ¡Mejor por la mañana!

Luego, con un poco de ejercicio o un buen paseo, quemamos ese pequeño exceso.