Disponer de un hígado sano, depurado y fuerte, es un pilar esencial para la salud de nuestro organismo. Nuestra vitalidad depende en muchas ocasiones de ello, de su facultad para depurar esos tóxicos de nuestros alimentos o medicamentos, y de sintetizar la gran cantidad de elementos de este laboratorio natural. ¿Cómo fortalecerlo entonces? Te lo explicamos.
Consejos para fortalecer tu hígado
¿Sabías que nuestro hígado realiza al menos 500 tareas? Bien es cierto que sólo unas 20 son esenciales para nuestra vida, como puede ser el caso de su tarea para sintetizar hormonas, regular el metabolismo y, cómo no, depurar el cuerpo de elementos nocivos para nuestra salud que pueden llegarnos desde los alimentos, los medicamentos y el medio ambiente. Es esencial, pues, que sigas estas pautas para cuidar de él. ¿Tomamos nota?
1. Escucha a tu cuerpo
¿Sueles comer entre horas a pesar de no tener hambre? Si es así recurre antes a una fruta o a un jugo natural, ya que de este modo nuestro hígado debe trabajar en exceso. Lo más indicado es comer sólo cuando se tiene hambre y siguiendo unos horarios adecuados.
Hay personas que, por ejemplo, se pautan unos horarios muy estrictos a la hora de sus comidas, lo cual les obliga a pasar hambre en algunos momentos. Esto tampoco es bueno. Hay que seguir un equilibrio. Recuerda también cenar dos horas antes de ir a dormir.
2. Bebe abundantes líquidos
De 8 a 10 vasos al día. De este modo limpiamos el hígado, los riñones, eliminamos toxinas y vamos perdiendo peso también poco a poco. Ten en cuenta, por ejemplo, que el cuerpo necesita pequeños y frecuentes sorbos de agua, de otra manera las células se encogen por deshidratación y sus membranas se secan.
3. Cuidado con el azúcar y la sal
Son dos claros enemigos de nuestra salud. La sal, por ejemplo, hace que los riñones deban esforzarse más, que nuestro hígado se intoxique, que sus funciones se alteren. ¿Y qué decir del azúcar? El azúcar refinado es especialmente dañino, ya que el hígado lo convertirá en grasa y colesterol. La grasa, poco a poco se acumula en zonas como los muslos, glúteos y abdomen para su almacenamiento. Llegará un momento en el que los triglicéridos de la sangre serán demasiado elevados, ocasionándonos problemas cardiovasculares. No vale la pena. Redúcelos.
4. Evita los alimentos que no te sientan bien
¿Eres alérgico a algo? ¿Te gusta mucho una determinada comida que te suele sentar un poco mal, y sin embargo la sigues tomando? Esto ocurre por ejemplo con los lácteos. Nos encanta la nata, pero sin embargo la digerimos mal. Nos apasionan los helados, pero aveces te dan dolor de estómago… es algo muy habitual.
Recuerda también masticar bien los alimentos, ya que ello nos ayuda a hacer mejor la digestión. Recuerda también que beber un vaso de agua con una cucharadita de vinagre de sidra de manzana nos ayuda también mucho a digerir los alimentos.
5. Cuida de tu higiene intestinal
Debemos recordar que va a ser el hígado quien se encargue de destruir y filtrar cualquier bacteria y virus presente en la comida. Esto quiere decir que le daremos menos trabajo si nuestros intestinos están limpios. ¿Y cómo lo hacemos? Come alimentos que sean frescos, y evita el recalentamiento regular de los alimentos, ten mucho cuidado con las carnes que ingieres.
Bebe muchos líquidos, empezando el día sobre todo con un vaso de agua con jugo de limón, siempre en ayunas. Lávate las manos antes de comer (algo obvio, pero a veces lo olvidamos). Ten cuidado con los alimentos procesados y empaquetados, ya que están llenos de conservantes, y aún así contienen organismos dañinos para la salud. Todo ello intoxica los intestinos, y en consecuencia, trae problemas al hígado. Intenta comer siempre alimentos naturales, frescos, orgánicos…
6. Mejor proteínas vegetales
¿Te gustan las legumbres? Son ideales para cuidar de tu hígado. Las proteínas que no sean de origen animal siempre son mejor sintetizadas por el hígado. También puedes incluir las procedentes de los huevos -aunque no en exceso- Prepárate platos con alubias rojas, guisantes, los garbanzos y las lentejas… todas ellas disponen de ricos minerales y vitamina B.
No olvides tampoco las maravillosas semillas: de linaza, girasol, sésamo y calabaza, todas son unas excelentes fuentes de ácidos grasos esenciales, proteínas, hormonas vegetales y fibra. Excelentes también las nueces.
7. Evita el estreñimiento
Ya sabes lo perjudicial que puede ser el estreñimiento para muchas de nuestras funciones y nuestra salud en general. Nuestro hígado padece en esos días en que sentimos cierta dificultad para ir al baño. Así que no lo olvides. Consume fibra, licuados naturales a base de remolachas, zanahorias, ciruelas, fresas, melones, sandías.. Si controlamos el estreñimiento evitarás el crecimiento de organismos no deseados en el intestino grueso.
8. Los mejores alimentos para el hígado
Toma nota de los mejores alimentos que siempre te ayudarán a disponer de un hígado sano y fuerte. No descuides hacer con ellos ricas ensaladas, jugos naturales…
El betabel, las zanahorias, rábanos, fresas, uvas, brócolis y coles de bruselas.
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