Adelgaza fácilmente dejando de comer harinas.

En el desayuno, en el almuerzo, en la merienda y en la cena. A todas horas comemos alimentos que contienen harinas, como el pan, la bollería o la pasta, ya que nos permiten cocinar algo rápido y saciante. Pero este abuso, además de no ser saludable, promueve un incremento de peso.

En este artículo te explicamos por qué sucede esto y de qué maneras podemos evitarlo, lo cual nos permitirá bajar de peso rápidamente, sin sufrimientos y beneficiando a nuestra salud en general.

Comemos demasiadas harinas

Una alimentación equilibrada se basa en consumir proporcionadamente las cantidades necesarias de proteínas, hidratos de carbono y grasas. Dentro de los hidratos de carbono encontramos las frutas y vegetales y las féculas y cereales. El problema es que actualmente abusamos de los cereales, concretamente de sus harinas, y comemos poca cantidad de vegetales. La mayor parte del día nos alimentamos de pan, pizzas, pasta, bizcochos y todo tipo de bollería.

¿Por qué las harinas nos engordan?

En realidad nuestro cuerpo necesita comer cereales, ya que nos aportan energía durante un largo periodo de tiempo, sobre todo si son integrales. El problema está en comerlos en exceso o por la noche, ya que esa energía ya no la vamos a gastar y por lo tanto se va a acumular en forma de depósitos de grasa.

La intolerancia al gluten

La mayor parte de las harinas proceden de cereales con gluten, como el trigo, la avena, el centeno, la espelta, etc., si bien no todos lo tienen en la misma medida. En cambio, otros como el arroz, el maíz o el trigo sarraceno no contienen gluten.

Hoy en día son muchas las personas que sufren cierto grado de intolerancia al gluten, que no es lo mismo que la alergia al gluten o celiaquía. Una persona celíaca sufre inmediatamente la reacción de alergia; en cambio, quien tiene intolerancia no sufre los síntomas al momento, sino que con el paso del tiempo va sufriendo problemas de salud que no suele relacionar con esta causa. En este caso el alimento no se digiere ni se asimila correctamente, lo cual puede provocar, entre otros problemas, desequilibrios de peso. Las personas que son intolerantes al gluten, cuando eliminan el gluten de sus dietas, notan rápidamente una gran mejoría y también perciben como su peso se equilibra fácilmente.

Otros síntomas de la intolerancia al gluten:

Estreñimiento o diarreas recurrentes
Malas digestiones
Problemas dermatológicos como la hiperqueratosis pilar
Trastornos menstruales
Esterilidad
Obesidad o falta de peso

Si sospechamos que podemos padecer intolerancia al gluten recomendamos consultar con un médico, el cual nos recomendará realizar las pruebas necesarias para comprobarlo.

Ideas para reducir las harinas

Existen en el mercado unos utensilios de cocina que permiten elaborar espaguetis a partir de las verduras, como por ejemplo del calabacín. Con este utensilio podemos convertir lo que sería un plato de verdura en un falso pero delicioso plato de pasta, condimentándolo con salsa de tomate, queso y orégano.

A la hora de hacer bizcochos podemos sorprendernos con las posibilidades que nos dan las legumbres. ¿Sabías que se puede preparar un delicioso y saludable bizcocho de legumbres y chocolate? Basta con sustituir la harina por harina de legumbres o bien legumbres cocidas y trituradas. El resultado sorprenderá a toda la familia.

Las personas intolerantes al gluten también pueden notar grandes beneficios si prescinden totalmente de las harinas con gluten y las sustituyen por otras libres de gluten como la de arroz, la de maíz o la de garbanzo. Con estas harinas pueden cocinar igual que con las otras y realizar panes, bizcochos, pizzas, crêpes, etc.

El pan es uno de los alimentos que más cuesta sustituir, ya que es la base de la alimentación en muchas culturas. El primer paso es reducir la cantidad, y poco a poco ir sustituyéndolo por otros alimentos similares con menos harina, como por ejemplo las tortitas de arroz o maíz. También podemos aprender a elaborar tostaditas a base de semillas (chía, lino, girasol). Trituraremos las semillas, las mezclaremos con un poco de agua para elaborar una pasta, la cual extenderemos en una bandeja de horno y hornearemos a temperatura muy baja, a unos 50 grados, durante 30 minutos, hasta que adquiera una textura crujiente.

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