¿Sabías que algunos de los siguientes alimentos sólo sirven para hacerte daño y muchos de ellos se comercializan como “saludables”? Si los evitas, podrás verte más joven y retrasar el envejecimiento de la piel y del organismo.
Cada vez que ingerimos un alimentos, el cuerpo reacciona de determinada manera para digerirlo. Algunos ingredientes o comidas hacen que envejezcas más rápido mientras que otros tienen el efecto contrario. Consumir todos los días aquello que te hace bien permitirá que te veas más sana, pero atención, no sólo exteriormente, sino también en tu interior.
Entre los procesos que ocurren en tu cuerpo y que impactan en la vejez o juventud se encuentran: la oxidación, la inflamación y la glicación. No sólo se habla de arrugas o canas, sino también de envejecimiento de los órganos, músculos y articulaciones, algo que es mucho más importante que la estética.
Los alimentos que envejecen
El siguiente listado fue confeccionado para que sepamos qué alimentos restan años a la vida de nuestro cuerpo. Echa un vistazo y trata de consumirlos cada vez menos hasta eliminarlos completamente de tu dieta:
Trigo (refinado e integral)
El proceso en este caso es el de glicación, que incluye el daño tanto externo como interno. No se suele decir mucho que el trigo es malo para la salud, sin embargo, se ha demostrado que ni siquiera el integral es bueno, ya que cuenta con muchos carbohidratos que incrementan la glucosa, más que el azúcar de mesa. Los panes, pastas, bollería y otros productos que se hornean causan aumento del azúcar en sangre. A su vez, cuando compramos productos con harina, también nos enfrentamos a químicos cancerígenos. Ten cuidado con las patatas fritas o alimentos de fast food, porque tienen trigo en muchos casos.
Alimentos a base de maíz
Como los cereales, el jarabe o el aceite. Es uno de los “villanos” que atacan nuestra juventud. Algo similar a lo que ocurre con el trigo, porque aumentan los niveles de azúcar en sangre. No obstante, lo más malo es que los derivados del maíz están presentes en muchos alimentos sin que nos demos cuenta: refrescos, alimentos procesados, aderezos, salsa de tomate, productos ya manufacturados, entre otros más. Además, (como si lo anterior no fuera suficiente), los aceites y jarabes de maíz contribuyen a incorporar mucha cantidad de ácidos grasos omega 3, que en exceso no son buenos, porque conducen a la oxidación y la inflamación.
Azúcar refinada
La glicemia está de nuevo presente. En este caso, mediante la ingesta de azúcar blanca o refinada y productos que la utilizan en cantidad.
El azúcar es malo porque engorda y, además, puede provocar diabetes, pero también porque envejece al cuerpo. En su lugar, es mejor usar stevia o bien hornear los propios dulces o postres. Deja de lado todo lo que es azucarado artificialmente.
Aceites vegetales
Muchos creen que el aceite de canola o el de soya son buenos para la salud, sin embargo, no lo son. Las empresas los “venden” como si se tratase de oro líquido y distan mucho de serlo. En primer lugar, porque la materia prima no es de calidad, sino que en la mayoría de los casos es transgénica (semillas manipuladas genéticamente para que rindan más y resistan las plagas). En segundo término, porque sufren un proceso de refinación bajo altas temperaturas y les añaden disolventes químicos como el hexano.
El aceite presenta grasas poli-insaturadas con mucha oxidación y son inflamatorias para el cuerpo, porque producen radicales libres, dañan las membranas de las células y contribuyen a la aparición y desarrollo de enfermedades cardíacas y envejecimiento acelerado. Elige siempre los aceites saludables como el de oliva, el de coco virgen, el de aguacate y la mantequilla de pastoreo. Deja de lado los aceites de soya, de maíz y de canola.
Sodio
La sal es un mineral necesario para nuestro organismo, sin embargo, como siempre se indica, “los excesos nunca se aconsejan”. Consumir comida con mucha sal no sólo envejece, sino que también enferma, mata tejidos y células, alterando su metabolismo y bioquímica. Genera inflamación, causa retención de líquidos y afecta a la elastina, por lo que la piel deja de estar tersa.
Café
Beber mucho café no es bueno porque genera un aumento en los niveles de cortisol, la denominada “hormona del estrés”, acelera el envejecimiento, la opacidad de la dermis y de los dientes; también deshidrata y causa insomnio. No más de una taza al día es lo recomendado.
Embutidos
Esto se debe a que, básicamente están hechos con grasa y sal. Ayudan a generar compuestos responsables de la oxidación de las células, dañar tejidos, entre otras cosas. Se puede comer una vez cada tanto, pero NO todos los días.
Leche
Mucho se dice en relación a la leche y sus derivados. Algunos indican que es bueno para la salud consumir el calcio proveniente de los lácteos, pero otros aseguran que causan problemas. Lo cierto es que producen más acné porque las glándulas seborreicas “trabajan” más, forma radicales libres y tiene relación con la aparición del cáncer. A su vez, cuando se compra leche en el mercado, ésta posee una gran cantidad de hormonas que no son buenos para la salud humana. Lo mejor, en estos casos, es optar por leches vegetales.
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