Hay un grupo de vitaminas, minerales y enzimas llamados antioxidantes, que protegen al organismo contra la formación de radicales libres. Los radicales libres son átomos o grupos de átomos que les causa daño a las células porque deterioran el sistema inmunológico y conducen a infecciones y a diversas enfermedades degenerativas, como cáncer y enfermedades del corazón. Además, algunos científicos consideran que los radicales libres pueden ser la causa del proceso del envejecimiento.

Los radicales libres pueden formarse por exposición a la radiación  y a agentes químicos tóxicos (como los del humo del cigarro), por sobreexposición a los rayos solares, o por diversos procesos metabólicos, como el desdoblamiento de las moléculas de grasa almacenadas para ser utilizadas como fuente de energía.

Los neutralizadores de los radicales libres, que se presentan de manera natural  en el organismo, neutralizan y mantienen bajo control a los radicales. Algunas enzimas cumplen esta función esencial. También hay diversos nutrientes que actúan como antioxidantes, entre los cuales están la vitamina A, el betacaroteno, las vitaminas C y E, y el mineral selenio. Otro antioxidante es la hormona melatonina, un poderoso neutralizador de los radicales.

A pesar de que muchos antioxidantes se obtienen en alimentos como granos germinados, frutas y vegetales frescos, es difícil obtener en los alimentos la cantidad que necesitamos para controlar  los radicales que constantemente genera la contaminación de nuestro medio ambiente. Sin embargo, podemos minimizar el daño que nos producen tomando suplementos de nutrientes. Consumir grandes cantidades de nutrientes antioxidantes protege de manera particular contra el cáncer.