La fibra se encuentra en las paredes de las células de origen vegetal y está constituida por celulosa, hemicelulosa y carbohidratos. Las fibras vegetales transitan a través del tubo digestivo sin ser modificadas porque nuestro organismo carece de enzimas para poder metabolizarlas. De esta manera, barren con todos los desechos formados, los cuales se eliminan a través de las heces.

Al no ser asimilada por nuestro organismo, la fibra permanece en el intestino, estimulando los movimientos peristálticos y aumentando el volumen de las heces, con lo cual la evacuación diaria se ve beneficiada.

De acuerdo con información de Publimetro, la nutrióloga Lorena Almedia señala que el consumo diario ideal para las mujeres adultas es de 30 gramos y 35 para los hombres. Indicó que los cereales y las leguminosas son una alternativa para el consumo de fibra, y los productos deben reportar de tres a seis gramos; sin embargo, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud (SSa), el consumo en México es de dos kilos al año.

Cuando no se consume la cantidad adecuada puede aparecer estreñimiento, lo cual incremneta la posibilidad de padecer hemorroides y/o divertículos intestinales.

Por otra parte, el exceso de fibras reduce la absorción del calcio, zinc y hierro a través del intestino. Cuando se consumen de manera excesiva en un breve período de tiempo puede generar gases, flatulencias, distensión abdominal y cólicos. Estos síntomas se reducen hasta desaparecer cuando las bacterias naturales de nuestro tracto digestivo se adaptan al aumento de fibra en la dieta.

Para poder cumplir con la recomendación diaria aproximada de 30 gr. de fibra puedes ingerir al día:

2 frutas
150 gramos de vegetales
50-60 gramos de pan integral o 2 cucharas de salvado de trigo
50 gramos de legumbres

Las cáscaras de fruta también son ricas en fibra, inclúyelas en tu dieta para mejorar la digestión.