A veces nuestras emociones generan una sensación de vacío o ansiedad que nos orilla a comer un bocadillo para tratar de eliminarlo, sin embargo, cuando esto se convierte en costumbre, lo único que ganamos es formar parte de las estadísticas de sobrepeso.
Por ello es importante identificar si realmente tenemos hambre emocional o física. Así cuidaremos nuestro cuerpo y salud, pero, ¿cómo lograrlo?
¡Nutre tu cuerpo sin dudas!
Yunuhén Juárez Rosas, psicóloga bariatra, explica que el primer contacto que tenemos con el mundo y con nuestra madre es el alimento, ya que éste nos ayuda a crecer y entender lo que está alrededor.
“Socialmente tenemos muchas connotaciones con respecto a la comida, porque finalmente es importante para vivir. No obstante tenemos que mejorar la relación con la comida, al entender que ésta sirve para vivir, nutrirnos y para que el cuerpo realice diferentes actividades”.
No obstante, la especialista detalla que es importante identificar cuando realmente tienes hambre y cuando tus emociones te hacen comer, aunque ya estés satisfecho.
“Primero debes identificar las señales de hambre física. Un ejemplo es cuando se te antoja algo como una pasta, pero al llegar a tu casa sólo hay caldo de pollo; al terminar de comer sentirás una sensación de saciedad y te habrás olvidado de la pasta”.
En cambio, cuando tienes hambre emocional sientes una sensación de ansiedad que se genera en el plexo solar o en la boca del estómago (entendiendo que todas las emociones tienen una repercusión física en el cuerpo).
Incluso, se te puede antojar la pasta, pero cuando no satisfaces ese antojo y comes otra cosa, al final tendrás la necesidad de quererte comer la pasta a como dé lugar.
“De alguna forma la mente trata de evadir algunos pensamientos dolorosos o problemas, canalizando a otro acto”, ese es el gran problema de vincular la comida con la emoción.
Sin embargo, piensa: “si como ese platillo que se me antojó por no pensar en un problema que tengo, al comerlo no voy a resolver el problema”.
Para superarlo, explica Yunuhén Juárez, es importante llevar un tratamiento integral para resarcir el daño que le hemos hecho al cuerpo por haber comido mal durante mucho tiempo.
“Es importante revisarte, atenderte y darte prioridad. A partir de que tú estés bien es como mejor puedes ayudar a los demás, mejorar nuestro entorno o hacer lo que queramos de nuestra vida”, concluye la especialista. Y tú, ¿comes por hambre física o emocional?.
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