La dificultad para dormir que se repite noche tras noche se denomina insomnio. El insomnio puede manifestarse en incapacidad para conciliar el sueño o en despertarse durante la noche y no poder conciliar nuevamente el sueño. Se calcula entre el 15 y 17% de la población sufre de insomnio. Aun cuando el insomnio es bastante frustrante, no es peligroso para la salud y suele ser solo una molestia temporal, aunque en algunos casos los problemas de sueño duran meses o, incluso, años.

El insomnio puede tener diversas causas, entre ellas hipoglicemia, dolores musculares, indigestión, problemas respiratorios, dolor físico, ansiedad, estrés, depresión y consumo de cafeína. El insomnio también puede ser producido por la utilización de algunos medicamentos, la mayoría de los supresores del apetito, muchos antidepresivos, medicamentos que se utilizan para la presión arterial alta y anticonvulsivo.

La falta de los minerales calcio y magnesio puede hacer que el individuo se despierte después de haber dormido varias horas y que no pueda volverse a dormir. Las enfermedades sistémicas que comprometen los pulmones, el hígado, el corazón, los riñones, el páncreas, sistema digestivo, sistema endocrino y el cerebro afectan al sueño, al igual que los hábitos nutricionales inadecuados y comer poco tiempo antes de dormir.

No existen reglas acerca de la cantidad de sueño que se necesita porque las necesidades de cada persona son distintas. Algunas personas solo necesitan 5 horas de sueño para poderse desempeñar de manera apropiada, mientras que otras necesitan 9, 10 o hasta más horas. La mayoría de los adultos necesitan dormir aproximadamente 8 horas cada noche para sentirse renovados y para poderse desempeñar con máxima eficiencia durante el día. Los niños, especialmente los muy pequeños y los adolescentes, generalmente necesitan dormir más que los adultos para sentirse bien. Por lo general, la gente empieza a dormir menos horas a medida que envejece y, en especial, después de los 60 años.

Millones de personas tienen dificultades para dormir bien a causa de un trastorno conocido como síndrome de las piernas inquietas. Por razones que se desconocen, cuando esas personas están en su cama sus piernas se sacuden, presentan espasmos y se mueven involuntariamente. Este síndrome se ha relacionado con  los dolorosos calambres musculares de las piernas que afligen a muchísima gente durante la noche. Se han probado varios tratamientos, pero no existe uno solo que le sirva a todo el mundo. Algunos estudios sugieren que la anemia podría relacionarse  de modo importante con este molesto problema. Nosotros creemos que la mejor manera de abordar el problema es tomar los suplementos adecuados de vitaminas y minerales. Los suplementos que más ayudan a superar el insomnio son calcio, potasio, magnesio, Pantoténico, inositol y zinc.

En la noche consuma pavo, plátano, higo, leche, atún y mantequilla de nuez. Estos alimentos son ricos en triptófano, sustancia que favorece el sueño. Evite los siguientes alimentos a la hora de acostarse: queso, chocolate, berenjena, jamón, papa, azúcar, salchicha, espinaca, tomate y vino. Estos alimentos contienen tiramina, que aumenta la liberación de norepinefrina, un estimulante cerebral. Evite el alcohol, el tabaco y la cafeína.

Muchas personas que sufren de insomnio recurren a las píldoras somníferas, bien compradas sin receta médica o bien con prescripción médica. Sin embargo las píldoras para dormir no solo son ineficaces para el insomnio si no que pueden interferir con el sueño REM (Movimiento ocular rápido) que es la fase durante el cual el individuo sueña. El uso prolongado de ayudas farmacológicas para dormir puede alterar eventualmente las fases de sueño más profundo. El uso permanente de píldoras para dormir también pueden producir dependencia psicológica o física, pueden producir confusión, pereza, desasosiego, aumento de la ansiedad, sedación prolongada y dependencia en particular.