Esta es una grave infección pulmonar y bronquial causada por bacterias del genero Legionella, especialmente Legionella pneumophila. Esta enfermedad fue identificada tras una epidemia que afecto a 182 que habían asistido a una convención en 1976. Estas bacterias viven básicamente en el agua y son transmitidas por el aire mediante gotitas de vapor, aunque algunas veces se encuentran en excavaciones y en terrenos recién arados. El periodo de incubación es de 2 a 10 días tras la exposición a la bacteria. La enfermedad no se contagia de una persona a otra.

Los primeros síntomas de la enfermedad de los legionarios se parecen a los del flu: dolor generalizado, fatiga, dolor de cabeza y fiebre moderada. Luego la enfermedad avanza y se presenta fiebre (hasta de 40°C), escalofrío, tos, diarrea, desorientación, nauseas, vomito, dolor severo en el pecho, falta de aire y coloración azulosa de los labios, las uñas y la piel como resultado de la inadecuada oxigenación. La tos comienza sin esputo, pero eventualmente se produce esputo grisoso o con rastros de sangre. Los análisis de sangre y los cultivos de esputo hechos en el laboratorio ayudan al diagnóstico de la enfermedad.

El riesgo de contraer la enfermedad de los legionarios aumenta cuando existe alguna enfermedad crónica, como diabetes, enfisema o insuficiencia renal, y cuando se tiene hábitos que debilitan el sistema inmunológico, como fumar y consumir alcohol. Los adultos jóvenes se suelen recuperar por completo de la enfermedad, pero las personas de edad avanzada, particularmente las que no gozan de buena salud tienen un riesgo más alto de llegar a presentar insuficiencia respiratoria.

La enfermedad de los legendarios evoluciona rápidamente y puede ser muy peligrosa. Muchas veces es necesario hospitalizar al paciente y administrarle oxígeno y antibióticos por vía intravenosa. Recuperarse de esta enfermedad toma tiempo. Tenga paciencia entre 2 y 4 semanas y descanse mucho. No se fuerce a tomar sus actividades normales antes de tiempo.

El 75% de su dieta debe constar de alimentos crudos y ligeramente cocidos al vapor. Incluya dosis de vitamina C, Bioflavonoides, Q-10, L-Carnitina, Complejo B, Vitamina A, Zinc, Vitamina E y Cisteína.  No consuma alcohol, productos lácteos, alimentos fritos, azúcar ni tabaco.

La bacteria Legionella vive en los sistemas de acondicionamiento de aire. Una medida sensata es hacer limpiar y revisar el sistema de su hogar regularmente, y cambiar los filtros con frecuencia.