En muchas ocasiones, el no poder conciliar el sueño se debe a la pesadez causada por la ingesta de algunos alimentos que no permiten que el cuerpo haga un buen proceso de digestión y, por lo tanto, no permita el descanso reparador necesario para dar comienzo a un nuevo día.

La dieta diaria está relacionada directamente con nuestra salud, una buena alimentación garantiza un bienestar estable del cuerpo, por tanto es necesario saber qué consumimos y en qué cantidades para evitar daños irreparables a nuestro organismo. Son muchos los alimentos nutritivos y necesarios para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, pero es indispensable regular su consumo según los horarios determinados, ya que por muy saludables o importantes para nuestro cuerpo, la actividad al interior de nosotros no es la misma en todo momento y es de especial cuidado saber qué consumir y qué no a ciertas horas.

Alimentos que deben ser evitados antes de ir a dormir

1. La pasta, en cualquiera de sus presentaciones, debe evitarse en las horas de la noche, pues su contenido se convierte en grasa después de la digestión, generando pesadez y aportando al incremento de los niveles de azúcar en la sangre, lo cual produce insomnio y evita un buen descanso.

2. Erradamente se habla del cereal como una cena ligera, lo que no se tiene en cuenta es que los cereales son ricos en azúcar y el exceso de esta en la noche no permite conciliar un sueño profundo, si desea consumir un cereal antes de ir a dormir los más recomendados son aquellos que contienen fibra y no poseen altos niveles de azúcar, puedo comerlos añadiendo una pequeña fruta.

3. Evite la comida muy condimentada, con presencia de ajo o picante de cualquier tipo, ya que estos alimentos ocasionan acidez estomacal y reflujo, impidiendo la buena digestión y evitando un buen descanso.

4. El chocolate, impide la conciliación del sueño ya que contiene nutrientes que mejoran el ánimo y llenan de energía al cuerpo, estimulando la actividad y reduciendo la exigencia de descanso.

5. El helado consumido en la noche se convierte en grasa, aportando al incremento de peso, y además de esto por su gran composición de azúcar y leche no permite una buena digestión y genera activación del cerebro evitando la conciliación del sueño.

6. Los alimentos con gran abundancia de grasa como comida frita, incrementa la inestabilidad del sueño, esto se debe a la dificultad que causa en la digestión, convirtiéndose en pesadez.

7. Para tener un sueño profundo y reparador, necesario para relajar el cuerpo y disponerlo para las actividades exigidas día a día, se recomienda eliminar de la cena alimentos ricos en proteínas, ya que estos alimentos incrementan la energía y evitan el descanso.

8. Para nadie es un secreto que la cafeína es uno de los principales factores que impiden la conciliación del sueño, pues son muchos los que lo utilizan para permanecer despiertos y activar su cerebro, lo que puede que no sepa es que la cafeína permanece en el cuerpo de 8 a 10 horas reactivando los sensores de ejercitación y actividad del organismo.

9. Aunque el alcohol puede ayudarle a conciliar el sueño con mayor rapidez, este tiene un efecto en el sueño el cual es negativo, ya que altera los tiempos de sueño y puede interrumpirlo.

10. La carne roja está cargada de proteínas y grasas lo cual dificulta la digestión, esta actividad mantiene ocupado el cuerpo tratando de digerir este alimento y al ser consumido en la noche puede presentar molestias estomacales como espasmos, retorcijones e incluso calambres que no le permitirán conciliar un sueño profundo y renovador.

Lo más recomendable es evitar los alimentos anteriormente mencionados y cenar al menos dos horas antes de ir a dormir, teniendo en cuando para hacerlo en porciones reducidas para facilitar la digestión. Asimismo, en las noches no se requieren alimentos en abundancia debido a que el cuerpo está en reposo y no necesita energía almacenada para ninguna actividad.

Al final del día siempre es importante consolidar las horas de sueño necesarias, el tiempo recomendado para descansar es de 8 horas, para que durante este tiempo el cuerpo se recargue de energía y se libere de toxinas negativas que no permiten el buen funcionamiento del organismo.