Comer despacio, sin prisas… Pocas cosas pueden ser más saludables para tu organismo, y es una práctica que no todos aplicamos en nuestro día a día. Las prisas, el disponer de poco tiempo para el almuerzo o, incluso, llegar a casa con mucha hambre hacen que, al final, terminemos nuestros platos en un visto y no visto.

Debemos tener en cuenta que masticar rápidamente los alimentos provoca no solo malas digestiones, sino que aumentemos de peso e, incluso, que no absorbamos correctamente los nutrientes. ¿Quieres conocer más datos? Entonces no te pierdas toda la información al respecto de este tema.

Todos los beneficios de comer despacio

¿Y tú? ¿Cómo sueles comer? Si la respuesta es “Con prisas”, será mejor que empieces a tener en cuenta estos importantes aspectos. Como todas sabemos, la vida moderna nos obliga en ocasiones a tener que programar casi todas la actividades que hacemos a lo largo del día, pero debes tener en cuenta que la alimentación no es un juego. Es un instante vital al que debes dedicarle tiempo, tranquilidad y disfrute.

Te explicamos por qué es tan importante comer despacio.

1. Quedamos más saciadas

Según el “Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism” comer despacio nos permite quedar mucho más saciados, evitando así tener que picar entre horas. Es necesario que dejes a un lado las prisas y que disfrutes de cada bocado que te llevas a la boca.

Debes masticar despacio para favorecer la salivación.

Si masticas con prisa porque tienes que acabar pronto o porque tienes mucha hambre, la comida llega a tu estómago en trozos más grandes, que no se digieren bien, y además, te quedas con hambre.

Toma conciencia de que comer debe ser un placer y, como tal, hay que disfrutar de cada sabor y de cada textura. Intenta que tus platos sean atractivos a la vista: De este modo, el llevarnos ese alimento a la boca nos permitirá disfrutar aún más.

Según la revista “Harvard Health”, nuestro cerebro segrega una serie de hormonas que nos indican cuándo estamos saciados. ¿Sabes en qué momento suelen aparecer? Más o menos al cabo de 20 minutos. Así pues, si comes rápido, estas sustancias no llegarán a aparecer y no te encontrarás saciada. Por el contrario, si masticas despacio, llegará un momento en que el cerebro te mandará la señal de que ya has comido suficiente.

2. Mejoramos nuestra digestión

El estómago necesita que los alimentos lleguen bien masticados para poder digerirlos mejor. Si nos limitamos a “llenarlo” con trozos grandes y de modo precipitado, lo dañamos, le obligamos a tener que esforzarse más para ejecutar la digestión.

Los alimentos que no han sido bien masticados no disponen tampoco de ese ácido que se contiene en la saliva, con lo cual, impedimos una correcta digestión y el estómago se ve obligado a tener que segregar más jugos gástricos.

Masticar no es perder el tiempo. Es parte esencial del proceso de digestión.

Mediante la masticación le decimos a nuestro cuerpo que debe prepararse para la digestión. El cerebro segrega hormonas y activa los receptores del gusto, además del revestimiento del estómago para que empiece a producir ácido clorhídrico.

Masticar hace también que nuestro páncreas se prepare para la secreción de enzimas y bicarbonato, que son fundamentales para hacer la digestión.

3. Comer despacio nos ayuda a no engordar

Puede que este dato te sorprenda, pero comer despacio va a regular muy eficazmente nuestro peso. Estas son las razones básicas:

Nos sentimos más saciadas y evitamos picar entre horas.

Mejoramos la digestión, nuestro cuerpo se regula y depuramos mejor las grasas y las toxinas. Además evitamos el estreñimiento, la retención de líquidos…

Masticar adecuadamente y comer despacio regula además el nivel de glucosa en nuestro organismo.

Nos permite mantener nuestro metabolismo activo, por lo que la quema de grasas se lleva a cabo con mayor eficacia.

4. Comer despacio mejora nuestra salud general

Los beneficios de comer despacio no terminan en aportarnos más saciedad o en regular nuestro peso, en absoluto. Vale la pena tener en cuenta todos estos aspectos, que nos obligan, sin duda, a mejorar nuestros hábitos alimenticios. ¡Toma nota!

Masticar adecuadamente va a evitar que esas bacterias que en ocasiones están presentes en los alimentos lleguen al intestino. Piensa que, si los alimentos llegan en trozos más grandes a nuestro estómago e intestino, corremos el riesgo de que no se sinteticen adecuadamente, que se degraden y que emerjan las bacterias. Ello deriva en gases, en distensión abdominal, en diarreas… ¡Es un riesgo!

¿Sabías que masticar despacio cuida de tu salud dental? Así es. Al salivar mejor prevenimos la acumulación de placa y evitamos caries.

Comer despacio nos relaja, nos hace disfrutar más no solo de la comida, sino del “aquí y ahora”. Nos sume en un estado de calma y mejora nuestro ánimo.

Si comes despacio, permitirás que los nutrientes de los alimentos se sinteticen mejor y, por tanto, cuidarás mejor de tu salud al obtener más efectivamente los minerales y las vitaminas presentes en tus platos.

¡Ponlo en práctica y disfruta más de tus comidas!