La menopausia, conocida como “cambio de vida”, es el momento de en el cual la ovulación y la menstruación cesan, lo que marca el final de la fertilidad. Cuando la mujer deja de ovular, sus ovarios dejan en gran medida de producir las hormonas estrógeno y progesterona. Aunque el estrógeno se considera una hormona sexual estrictamente ligada a la reproducción, también interviene en el funcionamiento de diversos órganos del cuerpo. Las células de la vagina, la vejiga, los senos, la piel, los huesos, las arterias, el corazón, el hígado y el cerebro contienen receptores de estrógeno y requieren que esta hormona estimule esos receptores para poder funcionar normalmente. El estrógeno se necesita, por ejemplo, para que la piel se mantenga suave y húmeda, para que el termostato interno del organismo funcione correctamente y para que las arterias permanezcan libres de obstrucciones. También es necesaria para la formación normal de los huesos.

Aunque el nivel de estrógeno desciende notoriamente después de la menopausia, esta hormona no desaparece por completo del organismo femenino. Otros órganos asumen la responsabilidad de los ovarios y siguen produciendo una pequeña cantidad de estrógeno y otras hormonas. Los órganos conocidos como glándulas endocrinas producen hormonas cuya función es garantizar que las distintas funciones del organismo se desarrollen adecuadamente.

Cada mujer vive de una manera distinta la menopausia. En algunas mujeres se presenta antes que en otras, aunque se inicia a los 50 años, en promedio. La transición suele durar hasta 5 años. La mujer que se somete a la histerectomía deja de menstruar después de la operación, y aunque conserve uno de sus ovarios de todos modos pasa por la menopausia. Cuando la histerectomía incluye la extirpación de los ovarios, la menopausia se presenta súbitamente y los síntomas suelen ser mas severos.

Algunas mujeres pasan por el periodo menopaúsico con muy pocos síntomas, o ninguno. Sin embargo, muchas experimentan síntomas agudos o de corta duración, como oleadas de calor, sudor nocturno, cambios anímicos, fatiga, vahídos, dolores de cabeza, ansiedad, depresión, disminución de la libido, problemas de vejiga, sequedad y escozor vaginal, ardor e incomodidad durante las relaciones sexuales, sensibilidad anormal en los senos, sequedad y envejecimiento de la piel, falta de aire, palpitaciones e insomnio. Todos estos síntomas se deben a la deficiencia de estrógeno y progesterona. Con el paso del tiempo, la baja producción de estrógeno aumenta la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y atrofia vaginal. En particular, la osteoporosis representa un problema para las mujeres tras la menopausia.

Es importante recordar que la menopausia no es una enfermedad. La menopausia es un proceso natural de la vida de la mujer. Con una dieta apropiada, suplementos nutricionales  y ejercicio es posible minimizar e, incluso, eliminar, la mayoría de los efectos secundarios desagradables de la menopausia.

El 50% de su dieta debe consistir en alimentos crudos como brócoli, sardinas, pescado de carne blanca, bajo contenido de grasas y colesterol, que incluya muchas frutas, verduras y granos integrales. Agregue suplementos o fuentes de complejo B, Pantoténico, vitamina E, B6, Calcio, Magnesio, Zinc, Arginina, Lisina, potasio, selenio y vitamina C. Evite el alcohol, la cafeína, el azúcar, los alimentos condimentados, los lácteos, productos de origen animal y las sopas y bebidas calientes, pues pueden desencadenar oleadas de calor, agravar la incontinencia urinaria e intensificar los cambios anímicos. Así mismo, acidifican más la sangre, lo que promueve la liberación del  calcio de los huesos para servir de amortiguación. Cuando cocine, reemplace la sal por ajo o cebolla en polvo. Consumir sal aumenta la excreción de calcio en la orina.

La menor cantidad de estrógeno que produce el organismo después de la menopausia puede hacer que las membranas de la uretra y de la vagina se contraigan, lo que propicia la incontinencia. Es posible que se presente goteo continuo de orina.

Muchos médicos recomiendan la terapia de reemplazo hormonal (HRT) para controlar los síntomas severos que ocasiona la deficiencia de estrógeno en las mujeres menopaúsicas y posmenopáusicas. Aun cuando parece que esta terapia es eficaz, conlleva serios riesgos que se deben analizar con mucha atención.

El hipotiroidismo es frecuente en las mujeres menopáusicas. Muchos de los síntomas que se le atribuyen a la menopausia se pueden deber  a disfunción tiroidea.

 

 

Recetas nutritivas que curan: Los problemas de la salud. (2000) (segunda edición). AVERY.