¿Sabías que añadir pequeñas cantidades de picante a tus comidas diarias tiene muchos beneficios para tu salud? No todos los picantes son iguales, y hay que añadirlos poco a poco para que el cuerpo se acostumbre, pero con el tiempo verás cómo te sientan cada vez mejor.

En este artículo te explicamos todos sus beneficios para la salud y cómo puedes introducir el picante en tu alimentación, para que no te cause ningún daño, así como algunas sugerencias culinarias.

Beneficios para la salud

Cuando consumimos alimentos picantes en cantidades moderadas obtenemos las siguientes propiedades para la salud, gracias a su contenido en vitaminas, minerales y otros nutrientes:

Tonifican el corazón.
Mejoran la circulación general.
Reducen los niveles de colesterol y triglicéridos.
Ayudan a prevenir la diabetes.
Calman los dolores tipo reumáticos, musculares, articulares, etc.
Aumentan el metabolismo y, por lo tanto, ayudan a adelgazar.
Mejoran el proceso digestivo al estimular los jugos gástricos.
Previenen el cáncer.
Dan calor al organismo y combaten resfriados, gripes y problemas de mucosidad como la sinusitis.
Producen sensación de bienestar gracias a que generan endorfinas y serotoninas.
Tienen efectos afrodisíacos.

¿Cómo los introducimos en la dieta?

Como hemos visto, los picantes tienen numerosas propiedades para la salud, pero para que sean beneficiosos y no provoquen efectos secundarios como problemas gástricos o hemorroides debemos consumirlos con moderación. Empezaremos siempre por cantidades muy pequeñas, e iremos aumentando con el paso del tiempo, siempre de manera paulatina.

Incrementaremos su consumo especialmente en épocas de frío y humedad o cuando suframos alguna de las enfermedades citadas anteriormente.

Los podemos añadir directamente a nuestros guisos o platos calientes, o bien a la hora de comer directamente. Para esta segunda opción lo mejor es tenerlos macerados en aceite. Incluso los podemos preparar nosotros mismos en casa, a nuestro gusto, combinándolos incluso con ajos y otras especias frescas.

Actualmente muchos cocineros están investigando con el picante como potenciador de sabor incluso en recetas dulces. De hecho, en las tiendas de productos gourmet podemos encontrar ya, por ejemplo, chocolates o mermeladas con picante.

¿Qué picante elegimos?

Hoy en día encontramos una gran variedad de condimentos picantes, algunos de ellos similares:

Pimentón.
Cayena.
Chile, ají o jalapeño.
Jengibre.
Pimienta negra.

En general todos tienen puntos en común, excepto —tal vez— el jengibre, que tiene un punto más dulce y es ideal para añadir a postres y bebidas.

Algunas sugerencias

Los guisos de verduras, legumbres y carne admiten muy bien el picante, el cual ayuda a digerir la comida y asimilar mejor sus nutrientes. Se puede añadir una pizca al guiso y después ya en la mesa que cada comensal pueda añadir un poco más si lo desea.

Para finalizar una buena comida podemos preparar una infusión digestiva y añadirle un poco de jengibre.

Existe una receta de bebida especiada que incluye el jengibre y muchas otras especias, y es una manera de ir incorporando el picante y que lo disfrute toda la familia. Sólo tendremos que poner a hervir una bebida vegetal (de avena, arroz o almendra por ejemplo) con jengibre, canela, anís estrellado, un poco de comino y cáscara de limón o naranja ecológica. Esta bebida es deliciosa e ideal para días fríos, aunque también se pueden dejar enfriar y tomarla en días calurosos.

La mostaza, si es de buena calidad, es también un condimento que puede ser muy saludable y, además, dará un toque original a nuestros platos. Podemos mezclar mostaza con crema de leche y preparar así una sorprendente salsa caliente para acompañar arroces o carnes.

Si queremos comer una ensalada en invierno, para que no resulte un plato tan frío, podemos añadirle unas gotitas de aceite macerado con algún picante. De esta manera equilibraremos los beneficios de este plato.

Si queremos preparar un desayuno o una merienda saludable y original prepararemos una ensalada de frutas cítricas o variadas y le añadiremos jengibre rallado o en polvo, canela y miel. Lo dejaremos reposar media hora y lo podremos comer. Es una combinación de sabores deliciosa.