El agua de limón caliente combina poderosos agentes que mejoran las posibilidades de quemar grasa y perder peso: la potente vitamina C y antioxidantes de limón y la capacidad de mejorar la digestión.

Por otra parte, el consumo de agua tibia poco a poco va a aumentar el calor corporal, lo que permite un ligero aumento de la termogénesis, el proceso de su cuerpo utiliza para quemar las calorías de los alimentos que comes.

También te ayudará con el dolor, la incomodidad e inflamación asociada con el estreñimiento. Por lo cual, beber una taza de agua tibia con limón en la mañana, durante un mes, puede alterar radicalmente la experiencia del día y mejorar tu salud digestiva y en general.

Para preparar esta bebida usa agua potable, caliéntala en la estufa y deja que se enfríe a una temperatura soportable, luego exprime el jugo de un limón fresco entero y bébela a sorbos con calma para no quemarte. Es importante que no uses un horno de microondas o el jugo de limón pasteurizado de una botella (zumos procesados) debido a que pierde sus propiedades.

El limón puede ayudar a aliviar muchos problemas de digestión cuando se mezcla con agua caliente, entre los cuales se incluyen náuseas, ardor de estómago y parásitos.

Gracias a sus propiedades, los síntomas de indigestión, flatulencia y eructos se sienten aliviados. Al beber el jugo de limón con regularidad, ayuda a que los intestinos eliminen los residuos de manera más eficiente, por lo que alivia el estreñimiento y ayuda a pasar las heces más blandas.

Recuerda que aunque el agua caliente con limón ayuda a preparar mejor tu cuerpo para bajar de peso, no sustituye a una alimentación balanceada ni al ejercicio. Lo ideal es aprovechar sus beneficios e integrar esta vista natural como un hábito sano en tu vida.