Ictericia es la coloración amarillenta de la piel y de los ojos producida por la acumulación de bilirrubina en la sangre. La bilirrubina es una sustancia de color amarillo marrón que se deriva de la descomposición de los glóbulos rojos viejos. Cuando el hígado no elimina del torrente sanguíneo, este producto de desecho, como debe de ser, la bilirrubina se acumula en la sangre y produce la coloración amarillenta en la piel y de la esclerótica (parte blanca del ojo). Además, la acumulación de bilirrubina hace que la orina adquiera un color más oscuro de lo normal y que la materia fecal adquiera un color más claro.
La ictericia no es una enfermedad, sino una señal de que puede haber una o más enfermedades de la sangre o del hígado. Entre los problemas de salud que pueden producir ictericia están: cirrosis del hígado, anemia perniciosa, hepatitis y hemolisis (destrucción anormal de los glóbulos rojos de la sangre). La ictericia también puede indicar que existe una obstrucción en la vía por la cual fluye la bilis, desde el hígado hasta la vesícula biliar a través de los conductos biliares, y luego al tracto intestinal. Cuando el tracto biliar esta obstruido, la bilis (que se contiene bilirrubina) se devuelve al torrente sanguíneo en vez de dirigirse al sistema digestivo, y se produce ictericia. Hay ocasiones en las cuales la ictericia es producida por infestación de parásitos como tenia o uncinaria, o por la picadura de una pulga o de un mosquito portador de una infección viral, bacteriana o parasitaria. La ictericia también puede deberse a un tumor, a cálculos biliares o a inflamación.
Los bebes recién nacidos y, en particular, los prematuros, suelen presentar cierto grado de ictericia que no reviste ninguna gravedad. Esta condición, que casi siempre se soluciona sin ayuda externa, se debe a la limitada capacidad del hígado de los recién nacidos para procesar la bilirrubina.
Consuma únicamente frutas y vegetales crudos durante una semana. Luego haga durante un mes una dieta consistente en un 75% de alimentos crudos. Consuma los siguientes jugos: de limón y agua, de betabel y extracto de rábano negro. Todos son provechosos para reparar y purificar el hígado. Además agregue a su dieta una buena dosis de metionina, vitamina C y vitamina B-6. Nunca consuma aves, pescado o carne crudos o poco cocidos. El pescado crudo siempre conlleva el riesgo de infección por bacterias, parásitos y virus. Elimine completamente el alcohol ya que impone un gran esfuerzo al hígado, lo cual puede complicar aún más la ictericia.
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