Una investigación asegura que las carnes procesadas tienen más sal y grasas y comprometen la salud cardiovascular. Además, contienen nitrosaminas y otras sustancias que aumentan el riesgo de cáncer.
La carne roja ha perdido su buena prensa aún en países carnívoros ya que, nuevas noticias siguen bajándole el pulgar: un estudio realizado en Europa no sólo confirma que un consumo elevado está asociado a un mayor riesgo de cáncer y otras enfermedades sino que advierte que las chances de un problema se multiplican en el caso de las carnes procesadas, como salchichas y embutidos.
El estudio EPIC (Investigación Europea Prospectiva sobre Cáncer y Nutrición) se realizó en 23 centros de diez países europeos en los años noventa. Desde entonces, se siguieron más de 500 mil casos con el objetivo de analizar el papel de la dieta en la salud.
La investigación continúa todavía pero hoy, pero la revista BMC Medicine publicó algunos resultados que llaman la atención. Según sus conclusiones, las personas con mayor consumo de carnes procesadas tienen mayor riesgo de cáncer y problemas de corazón. A su vez, los expertos señalan que alimentos como el jamón, el salame, las salchichas y otros tipos de preparados de carne industriales (como las hamburguesas, albóndigas o lasañas precocidas, por ejemplo) aumentan aún más las probabilidades de un problema en esa dirección.
El problema añadido de los preparados cárnicos es que contienen mayores niveles de ácidos grasos y colesterol que la carne al natural. Estos alimentos, además, son ricos en grasas y tienen elevados niveles de sal, sustancia que se añade durante el procesado para aumentar su durabilidad. Según los expertos, todos estos procesos industriales suponen, a su vez, el añadido de ciertas sustancias carcinógenas, como las nitrosaminas (que se suman para impedir la contaminación bacteriana de la carne), algo que podría explicar la mayor incidencia de cáncer registrada en la investigación.
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