Según datos estadísticos casi el 22% de la población sufre o ha sufrido el llamado intestino irritado o el síndrome del colon irritable, siendo las mujeres las principales afectadas. No se conoce a ciencia cierta qué lo origina, pero se deduce que está relacionado con los periodos de estrés y con las emociones. Te explicamos cuáles son sus síntomas, en especial, si eres mujer.

¿Qué es el síndrome del intestino irritado (SII)?

La denominación más exacta es ‘Síndrome del Intestino Irritable’ (SII), y engloba una serie de circunstancias en las que la persona sufre, en especial de un dolor en el abdomen y de cambios muy significativos en su ritmo intestinal. No hay infecciones ni alteraciones físicas, tampoco se debe a ningún tipo de colitis ni de colon espástico. Será un médico quien lo diagnostique tras varios análisis, pero por lo general suele aparecer en mujeres que aún no han alcanzado los 35 años.

¿Qué lo causa?

Como te hemos señalado anteriormente, no se conocen todavía los mecanismos que lo originan. Se trata en muchas ocasiones de una enfermedad crónica, de episodios que se repiten todos los meses. Hay problemas digestivos, alteraciones en la motilidad intestinal… Los expertos nos dicen que en cierto modo, el intestino actúa casi como un segundo cerebro. Es ahí donde se centran nuestros nervios, nuestras ansiedades… cualquier preocupación puede ocasionar una alteración digestiva, por pequeña que sea.

Pero eso sí, también puede estar influenciado por determinados alimentos ante los cuales, reaccionamos mal, también a alteraciones hormonales, y a factores genéticos. Puede ser común que, si nuestras madres padecen síndrome del intestino irritable, lo padezcamos nosotras también.

¿Cuáles son los síntomas?

1. El dolor abdominal

Es sin duda, el principal síntoma. Suele aparecer sobre todo en la parte baja del abdomen y hacia ambos o un solo lado. Es una especie de ardor muy característico que en ocasiones puede llegar a irradiar hacia la zona lumbar e incluso hasta las piernas.

El padecimiento suele venir a instantes en forma de pinchazos y de quemazón. Es muy molesto e incapacitante.

2. Menstruaciones dolorosas

Según datos estadísticos, es más común que aparezca el síndrome del intestino irritable en mujeres que tienen reglas especialmente dolorosas. Es lo que se conoce como dismenorreas. Suele sucederse cuando unas determinadas hormonas provocan que existan mayores contracciones en los músculos uterinos.

Es por ello que el factor hormonal determina el que seamos en mayor grado las mujeres las que padezcamos esta enfermedad, y por lo general, suele heredarse de madres a hijas. Debemos tenerlo en cuenta.

3. Periodos de estreñimiento y periodos de diarreas

Es algo también muy común. En ocasiones pasamos días sin poder ir al baño. En cambio en otros momentos padecemos de molestas diarreas. Es algo común. Y habitual también que las deposiciones, suelan ser dolorosas.. no sabemos qué comer para solucionarlo, ya que nos sentimos llenas y solemos perder hasta el apetito. También padecemos molestos gases.

4. Nuestro estado emocional

El síndrome del intestino irritable y nuestras emociones están íntimamente relacionadas. Seguramente te habrás fijado en que cuando padeces periodos de estrés y ansiedad, es cuando tu intestino más sufre, cuando te encuentras peor. Sin embargo, cuando estamos más tranquilas, la situación mejora y se relaja. Debemos pues estar atentas a esos periodos en que nos encontramos mal emocionalmente. En que tenemos problemas.

Si eres de las que padece el síndrome del colon irritable sabes que su incidencia va a hacerse notar. Hemos de verlo casi como el dolor de cabeza. No hace falta tener un problema orgánico para sufrir su dolor, en ocasiones el cansancio, una mala alimentación, las preocupaciones o la ansiedad, puede hacer que lo padezcamos. Con el intestino irritable sucede del mismo modo.

De ahí, que sea básico empezar a gestionar adecuadamente nuestras emociones, el estrés y la ansiedad.

¿Cómo puedo tratar el intestino irritable?

Durante esos periodos en que sufrimos de colon irritable, es recomendable que sigamos las siguientes pautas:

Evita alimentos ácidos, tales como el café, las bebidas gaseosas como la cola…

Evita los dulces y todos aquellos alimentos con harinas refinadas.

Diversos estudios nos dicen que en estos casos, deberíamos reducir la ingesta de gluten, ya que suele agravarlo.

Evita también las proteínas animales: carnes rojas, pescados…

Come muy poquito pero varias veces al día, es decir, es mejor comer cantidades pequeñas unas 6 veces al día. Recuerda masticar bien.

Bebe abundante agua. El jugo de betabel o remolacha con zanahoria es muy adecuado.

Aumenta el consumo de probióticos, cuidarán y reforzarán tu intestino: leches fermentadas, yogures fermentados, miso….

Los cítricos son muy  adecuados: melocotones, fresas, kiwis, manzanas, papayas.

El aceite de menta actúa como un buen protector.

En lo que respecta a las infusiones, las más adecuadas serán la infusión de semillas de hinojo, las infusiones de menta, y la infusión de melisa.

Ante todo recuerda, gestiona adecuadamente tus emociones, maneja el estrés para que no te supere. Establece prioridades en tu vida, habiendo reconocido antes lo que es importante. Protege tu autoestima e intenta tener tiempo para ti misma y tus cosas cada día, descansando y haciendo aquello que te hace feliz.