Muchas personas sufren retención de líquidos, sobre todo en las piernas, los brazos, la barriga o la cara, un problema que también empeora la salud de nuestras articulaciones. Para combatirla podemos realizar tratamientos naturales a base de remedios naturales diuréticos, es decir, que nos ayuden a eliminar ese exceso de líquidos.

Pero como ningún tratamiento es realmente efectivo si no lo acompañamos de una buena alimentación, en este artículo te facilitamos algunas recetas de sopas y cremas que de manera natural te ayudarán a mejorar este trastorno tan molesto.

¿Qué hacemos con la sal?

Uno de los alimentos que más empeora la retención de líquidos es la sal, especialmente si es sal refinada o sal de mesa. Consumir pequeñas cantidades de sal pura (sal marina, sal gris, sal del Himalaya) es saludable, pero en este caso recomendamos una alternativa mucho más natural, igualmente sabrosa y además medicinal: el agua de mar.

Cada vez encontramos más tiendas de productos naturales e incluso supermercados que la comercializan para su uso medicinal y culinario, ya que el agua marina tiene un alto contenido de minerales beneficiosos para nuestra salud.

Y para nuestro caso, hace que el riñón expulse el doble de agua. No es diurética, sino más bien equilibrante, por eso no comporta riesgo de deshidratación, siempre y cuando la tomemos adecuadamente.

Por eso será el condimento excelente para nuestras sopas y cremas, pero la usaremos siempre sin excedernos, ya que también tiene efectos laxantes.

También podemos usar algunas especias para condimentar los platos.

Crema de lechuga e hinojo

¿Sabías que la lechuga también se puede comer cocinada? ¿Y que además así es más digestiva? La lechuga tiene grandes propiedades diuréticas, pero también nos ayuda a regular el sistema nervioso, por lo que ésta es una crema ideal para cenar, ya que nos ayudará a relajarnos antes de acostarnos.

El hinojo, con su sabor tan especial, le dará un toque dulce, potenciará más los efectos digestivos de esta crema y nos ayudará a eliminar más líquidos.

Usaremos lechugas de color oscuro, evitando siempre la variedad iceberg, que es la que contiene menos nutrientes.

Crema de espárragos trigueros

Los espárragos trigueros son una exquisitez. Se suelen cocinar a la plancha, a la brasa o en revuelto de huevos, pero también hay quien los prepara en forma de crema.

Podemos usar también espárragos blancos, pero los trigueros resultan más sabrosos.

Usaremos espárragos crudos, los cuales lavaremos y limpiaremos bien.

Los sofreiremos con unos ajos y un par de hojas de laurel, y después le añadiremos el caldo y un poco de crema de leche o crema vegetal.

Si después de triturarlo todo nos quedan fibras recomendamos pasar la crema por un colador fino o pasapurés.

Sopa de apio y alcachofas

El apio es uno de los vegetales más diuréticos que tenemos, y gracias a su delicado sabor, aunque lo proponemos para esta receta lo cierto es que lo podemos incluir en cualquier sopa o crema. Para tenerlo siempre a mano incluso podemos trocearlo y guardarlo en el congelador.

También podemos consumirlo crudo en ensaladas e incluso secar sus hojas, molerlas, y mezclarlas con sal marina para tener siempre lista una sal de hierbas.

La alcachofa tiene tantas propiedades beneficiosas y depurativas que conviene consumirla siempre que podamos. Además de ser diurética también mejora la función de nuestro hígado y es un alimento muy saciante, por lo que es ideal en dietas de control de peso.

Para elaborar esta crema quitaremos las hojas más duras de la alcachofa para dejar sólo el corazón del fruto. Antes de batir la crema también podemos retirar el apio, para evitar que haya fibras.

Crema de cebolla y berenjena

La cebolla es un poderosísimo diurético que nos ayuda a limpiar nuestros riñones y para prevenir las molestas infecciones de orina. Además, gracias a su sabor también la podemos usar en todo tipo de sopas y cremas.

En este caso nos permitirá potenciar el sabor de la berenjena, la cual también es diurética, antioxidante y nos ayuda a reducir el colesterol.

Previamente a la cocción, lavaremos y trocearemos la berenjena, y la pondremos en remojo con agua y sal marina durante una hora. Después la escurriremos bien.
Haremos un sofrito con la cebolla, le añadiremos la berenjena y después coceremos todo el preparado.

Podemos añadirle un poco de leche vegetal de avena o de arroz.