1.-Nueces: Tal y como otros frutos secos, son ricas en grasas mono-insaturadas saludables. Son una gran fuente de ácidos grasos omega-3.

Este tipo de grasa no tiene por qué añadir gordura extra en tu cuerpo. Las nueces en realidad han demostrado reducir los síntomas del síndrome metabólico si se comen a diario e incluso ayudan a tratar la diabetes tipo 2

 

2.-Linaza: las semillas de lino son una de las fuentes más saludables de ácidos grasos omega-6 del planeta.

También son una de las mejores fuentes de una gran variedad de antioxidantes.

Las semillas de lino contienen más antioxidante poli-fenol que las bayas frescas, una de las razones por las cuales se recomienda el consumo de las bayas.

Incluirlas en la dieta es tan sencillo como agregar semillas de linaza molida a las recetas de pan, panecillos y galletas. También regarlas encima de tostadas y cereales, así como en batidos y ensaladas

 

3.-Aguacates: Son ricos en grasa mono-insaturada, contienen ácidos grasos omega-3 y también omega-6. Recomendado para la diabetes.

Los aguacates pueden ayudar a regular y mejorar el funcionamiento del sistema cardiovascular. Excelente fuente de carotenoides, que fortalecen la salud ocular y previenen enfermedades.

La grasa ayuda al cuerpo a absorber mejor los nutrientes esenciales.

 

4-. Aceite de oliva (Prensado en frio): Es la razón por la cual la dieta mediterránea es tan saludable y su fama tiene que ver con uno de los mayores alimentos básicos de la región. (No utilizar para cocinar).

La mayoría de la grasa de aceite de oliva es el ácido oleico, una grasa mono-insaturada ultra saludable.

 

5.- Semillas de Chía: Tienen un contenido sumamente elevado de fibra, proteínas y antioxidantes.

Su concentración de ácidos grasos omega-3, la avalan como la principal fuente vegetal de ácidos grasos esenciales.

 

6.- Aceitunas: Como el aceite de oliva, las aceitunas son ricas en ácido linoleico, el ácido graso mono-insaturado que fortalece la salud del corazón y reduce la presión arterial.

También contienen una rica variedad de antioxidantes, algunos no se encuentran en ningún otro alimento común. Uno de estos antioxidantes es el hidroxitirosol, que demostrado ayudar a proteger de daños al cerebro.

 

7.- Aceite de pepita de Uva (prensado en frío): Provee Vitamina E y una alta concentración de Acido Linoleico (76%), Ácidos Grasos Esenciales, también llamados Omega 6 y Omega 3 muy importantes en la síntesis de prostaglandinas, sustancias necesarias para reducir la agregación de las plaquetas y reducir cualquier tipo de inflamación. Omega 6 y Omega 3 no son sintetizados por nuestro organismo y es necesario introducirlos en la dieta.

Además no contiene Colesterol, y por sus componentes ayuda a aumentar el colesterol bueno (HDL) y reduce el colesterol malo (LDL) y Triglicéridos siendo así un aliado en la conservación de la salud cardiovascular, en la prevención de Hipertensión, Obesidad y Diabetes

 

8.- Aceite de Coco: es el único con el que se debería cocinar, puesto que es el único que no se oxida al calentarlo. El aceite de coco ayuda a perder peso, evitar enfermedades cardiovasculares y problemas de tiroides como el hipotiroidismo tan extendido hoy en día entre las mujeres. El coco es prácticamente el único alimento que contiene ácidos grasos de cadena corta, que al contrario que el resto de las grasas, no necesitan ni enzimas pancreáticas ni bilis para su digestión.

El aceite de coco es rico en ácido láurico de propiedades antivíricas y anti-bactericidas. La leche materna contiene un 56% de ácido laúrico y es la grasa más predominante.

 

9.- Semilla de Girasol: Consumirlas es bueno para la salud cardiovascular debido a la alta cantidad de Magnesio y Vitamina E que proporcionan estas semillas. Es una vitamina muy importante para la salud de nuestro corazón y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además son grandes antioxidantes que mantiene a raya a los radicales libres en nuestro organismo dándonos la salud y conservando nuestra juventud.

 

El selenio es un oligoelemento presente en las semillas de girasol y que está estrechamente vinculado a la prevención del cáncer previniendo la formación de células cancerígenas o potencialmente dañinas, ya que induce la reparación del ADN y la síntesis de células dañadas.