Un defecto que lleva a la pérdida progresiva de la visión es la degeneración  de la macula, la porción de la retina responsable de la máxima agudeza visual. La degeneración de la macula es la causa principal de pérdida de visión severa entre las personas mayores de cincuenta y cinco años. Esta pérdida de visión se puede presentar de manera repentina, o puede avanzar lentamente. Usualmente este problema no afecta ni a la visión periférica ni a la percepción de los colores.

Hay dos clases de degeneración de la macula: atrófica (o “seca”) y exudativa (o “húmeda”). En la exudativa, la degeneración de la macula va acompañada de hemorragia o salida gradual  de fluido de una red de minúsculos vasos sanguíneos que se desarrollan debajo del centro de la retina. Esto conduce a cicatrización y a pérdida de visión.

La degeneración de la macula probablemente se debe al daño que ocasionan los radicales libres, y que es similar al daño que conduce a las cataratas. Entre los factores que predisponen a la degeneración están el envejecimiento, la arterosclerosis, la hipertensión y las toxinas del medio ambiente. Es posible que la herencia también intervenga.

Aumente su consumo de legumbres, vegetales amarillos, cerezas, blueberries y alimentos ricos en vitaminas E y C, como frutas y vegetales crudos. Lo más importante es añadir beta-carotenosselenio, Vitamina A, C y E, además de Bioflavonoides y zinc. Evite el alcohol, el humo del cigarrillo, todos los azucares, grasas saturadas y todos los alimentos que contengan grasas y aceites que hayan sido sometidos al calor y/o al aire, como alimentos fritos, hamburguesas y nueces asadas.