La diverticulitis es una enfermedad en la cual se inflaman las membranas mucosas que recubren el colon, lo que conduce a la formación de pequeños sacos, llamados divertículos, en el intestino grueso. Cuando los divertículos se forman, no desaparecen. Los divertículos no producen síntomas; sin embargo, cuando queda atrapado en ellos material de desecho, los divertículos se infectan o se inflaman, lo que produce fiebre, escalofrió y dolor.

Los divertículos se suelen formar cuando la persona sufre de estreñimiento. Cuando no hay fibra para ablandar la materia fecal y agregarle volumen, su movilización por el intestino se vuelve difícil. En este caso se debe ejercer una presión muy fuerte para movilizar por el intestino pequeñas porciones de materia fecal dura y seca. Esta gran presión puede llevar a la formación de sacos o divertículos en puntos débiles de la pared del colon.

La diverticulitis puede ser aguda o crónica. Entre sus síntomas están cólicos, sensación de llenura, dolor en el lado izquierdo del abdomen que cede al expulsar los gases o al evacuar el intestino, estreñimiento o diarrea, náuseas y una necesidad continúa de evacuar. También es posible que la deposición contenga sangre. La diverticulitis suele desarrollarse entre los  50 y los 90 años. Afecta a millones de personas, pero muchos ni siquiera saben que tienen esta enfermedad porque o bien no experimentan síntomas, o bien piensan que sus síntomas se deben a simple indigestión.

Aunque no se conoce la causa, se sabe que fumar y exponerse frecuentemente a situaciones de estrés agravan los síntomas. De hecho, la diverticulitis es un ejemplo clásico de enfermedad asociada con el estrés. Los malos hábitos alimentarios complican aún más el problema. Entre los factores que aumentan la probabilidad de sufrir de diverticulitis están dieta inadecuada, antecedentes familiares de la enfermedad, trastornos de la vesícula biliar, obesidad y enfermedad de las arterias coronarias.

Existen varios exámenes para diagnosticar la diverticulitis. El enema de bario es un procedimiento mediante el cual después de llenar el colon de bario liquido se toman radiografías para determinar si hay divertículos en la pared del colon, si el colon se ha estrechado, o si existen otras anomalías.  La sigmoidoscopia le permite al médico inspeccionar el sigma – la parte inferior del colon – insertando en el recto un tubo iluminado, delgado y flexible. Si es necesario, se extraen muestras de tejido para ser analizadas. Para examinar otras áreas del colon puede ser necesario hacer una colonoscopia.

La clave para controlar la diverticulitis es consumir una cantidad adecuada de fribra y mucha agua de buena calidad. Haga una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas. Los productos vegetales y el pescado son buenas opciones. No consuma granos, semillas ni nueces. Estos alimentos son difíciles de digerir y tienden a quedar atrapados en las hendiduras de la pared del colon. Elimine también de su dieta los productos lácteos, la carne roja, los productos que contienen azúcar, los alimentos fritos, las especias y los alimentos procesados. Consuma abundantes vegetales hojosos de color verde, pues son buena fuente de vitamina K. Agregue dosis buenas de Complejo B, enzimas, vitaminas A, C y E.