La gangrena es una enfermedad en la cual los tejidos se mueren y se pudren a causa de un inadecuado aporte de oxígeno. Hay dos tipos de gangrena: húmeda y seca.

La gangrena húmeda se origina en una herida o lesión infectada. La infección interfiere el drenaje venoso, lo que priva al área particular de la sangre y el oxígeno que necesita. La interrupción del suministro de oxígeno a su vez propicia la infección. Entre los síntomas de gangrena húmeda están dolor severo que se intensifica rápidamente, edema y sensibilidad extrema al tacto. Al avanzar la infección, el tejido afectado cambia de coloración: usualmente de rosáceo a rojo profundo, y de este color a gris verdoso o purpura. Cuando no se trata, la gangrena húmeda puede conducir al shock y a la muerte en cuestión de días. Afortunadamente, una higiene cuidadosa por lo regular previene esta clase de gangrena.

En la gangrena seca no se presenta infección bacteriana. La causa de este tipo de gangrena es la interrupción o la reducción del flujo sanguíneo, lo cual priva a los tejidos de oxígeno. Entre las causas de la reducción del flujo sanguíneo están lesión, endurecimiento de las arterias, mala circulación, diabetes u obstrucción de un vaso sanguíneo. Este mal se presenta con más frecuencia en los pies y en los dedos de los pies. Los síntomas de la clase de gangrena seca más frecuente son frio y dolor sordo y constante en el área afectada. Entre los signos iniciales de la enfermedad están dolor y palidez del área afectada.

En algunas ocasiones, la gangrena es producida por congelación. Cuando se presenta congelación, el área privada de oxigeno muere, pero la gangrena no se extiende a otras áreas del cuerpo. A medida que la carne muere, se presenta dolor. Sin embargo, cuando ya ha muerto se entumece y poco a poco se oscurece.

La gangrena húmeda se trata generalmente con antibióticos, y suele ser necesario extirpar quirúrgicamente el tejido muerto. En algunos casos se utiliza terapia de oxígeno.

La gangrena seca de evolución lenta se puede revertir mediante cirugía arterial. Cuando la obstrucción arterial es aguda, es preciso operar de urgencia.

Incluya en su dieta alimentos ricos en germanio, como ajo, hongos y cebolla. El germanio mejora la oxigenación de los tejidos. Agregue a su dieta jugos verdes hechos con vegetales. Añada también buenas dosis de coenzima Q-10, Potasio, Vitamina C, Bioflavonoides, Zinc, Calcio y magnesio.

Si un área que se ha lesionado se enrojece, se inflama, despide olor o duele, visite a su médico sin demora.