La glutamina es el aminoácido libre más abundante en los músculos del cuerpo. Debido a que atraviesa sin dificultad la barrera hematoencefalica, se conoce como combustible cerebral. En el cerebro, la glutamina se convierte en acido glutámico – esencial para el funcionamiento cerebral – y viceversa. También aumenta la cantidad de GABA, acido que se requiere para el funcionamiento adecuado del cerebro y para la actividad mental. La glutamina ayuda a sostener el equilibrio acido básico del organismo y es la base de los elementos cruciales para la síntesis de DNA y RNA. Además, propicia la destreza mental y la salud del tracto digestivo.

La descomposición de los aminoácidos lleva a la liberación de nitrógeno. Aunque el organismo lo necesita, el nitrógeno libre puede producir amoniaco, que es particularmente toxico para el tejido cerebral. El hígado convierte el nitrógeno en urea, que es excretada en la orina, o el nitrógeno se puede unir al acido glutámico. Este proceso da por resultado glutamina. La glutamina es un caso excepcional entre los aminoácidos, porque cada molécula contiene dos átomos de nitrógeno, en lugar de uno. Así, la producción de glutamina ayuda a extraer el amoniaco de los tejidos, especialmente del tejido cerebral, y transfiere el nitrógeno de un ligar a otro.

La glutamina se encuentra en grandes cantidades en los músculos, y es de fácil disponibilidad cuando se requiere para la síntesis proteínica de los músculos esqueléticos. Como este aminoácido ayuda a construir y a conservar los huesos, los suplementos de glutamina son provechosos para quienes hacen dieta y para los levantadores de pesas. Lo más importante, sin embargo, es que ayuda a prevenir la perdida muscular que se asocia con periodos prolongados en cama, o con enfermedades como cáncer y SIDA. Esto se debe a que el estrés y las lesiones (incluyendo el trauma quirúrgico) hacen que los músculos liberen glutamina en el torrente sanguíneo. De hecho, durante periodos de estrés se pueden liberar hasta una tercera parte de la glutamina presente en los músculos. En consecuencia, el estrés o las enfermedades pueden conducir a la perdida de musculo esquelético. Pero si se dispone de suficiente glutamina, este proceso se puede revertir.

A pesar de que muchas sustancias vegetales y animales contienen glutamina, la cocción la destruye fácilmente. La espinaca y el perejil crudos son buenas fuentes de glutamina.

Las personas con cirrosis hepática, problemas renales, síndrome de Reye o cualquier tipo de trastorno que pueda producir acumulación de amoniaco en la sangre no deben tomar glutamina. Tomar suplementos de glutamina perjudicaría aún más su organismo. Se debe tener en cuenta que aunque los nombres son muy parecidos, la glutamina, el ácido glutámico – también llamado glutamato – el glutatión, el gluten y el monosodium glutamate (MSG) son sustancias distintas.