La gota es un tipo de artritis que se presenta cuando hay demasiado ácido úrico en la sangre, en los tejidos y en la orina. El ácido úrico es el producto final del metabolismo de unas sustancias químicas llamada purinas. El organismo de las personas que sufren de gota no produce suficiente enzima digestiva uricasa, la cual oxida el ácido úrico relativamente insoluble y lo convierte en un compuesto altamente soluble. El resultado es que el ácido úrico se acumula en la sangre y en los tejidos y, por último, se cristaliza.

Al cristalizarse, el ácido úrico adquiere forma de aguja y, como si lo fuera, se hunde de golpe en las articulaciones. Aunque al parecer el ácido úrico prefiere la articulación del dedo gordo del pie, otra articulaciones también son vulnerables, entre ellas el centro del pie, el tobillo, la rodilla, la muñeca e, incluso, lo dedos. El primer síntoma suele ser un dolor agudo. Luego las articulaciones afectadas se inflaman y se ven como si estuvieran infectadas: rojas, inflamadas, calientes y sumamente sensibles al tacto.

El ácido úrico es un subproducto de algunos alimentos, por lo que la gota se relaciona evidentemente con la dieta, La obesidad y las dietas inadecuadas aumentan el riesgo de contraer gota. La gota se ha llamado la enfermedad de los hombres ricos, pues se asocia con consumo abundante de alcohol y de alimentos suculentos. Sin embargo, la gota afecta a personas de todos los ámbitos, en particular a los hombres de 40 a 50 años. Esta enfermedad se puede heredar o puede ser precipitada por factores como hacer dietas demasiado restrictivas, beber alcohol, tomar algunos medicamentos y comer en exceso. Otros factores que influyen en el desarrollo de gota son estrés, cirugía y lesión en las articulaciones. Aproximadamente el 90% de los pacientes de gota son hombres. Un problema que a menudo se asocia con la gota son los cálculos renales de ácido úrico.

La deficiencia de algunos nutrientes pueden provocar ataques de gota. La deficiencia de ácido Pantoténico (Vitamina B5) produce cantidades excesivamente altas de ácido úrico. Un estudio encontró que la falta de Vitamina A en la dieta produce gota. La deficiencia de vitamina E deteriora el núcleo de las células productoras de ácido úrico, lo que se traduce en mayor formación de este ácido.

Mantenga una dieta baja en purinas. Las purinas son compuestos orgánicos que contribuyen a la formación de ácido úrico y se encuentran en alimentos como anchoas, espárragos, consomé, arenque, gravies de carne, hongos, mejillones, sardina y mollejas. Cuando lo ataque la gota, empiece a consumir únicamente frutas y vegetales crudos (es mejor tomarlos en jugos). Las cerezas y fresas neutralizan el ácido úrico, por lo cual se deben consumir en abundancia. Incluya en su dieta granos, semillas y nueces. Así como también buenas dosis de Complejo B, Pantoténico, Acido Fólico, Vitamina C, Potasio, Zinc, Bioflavonoides, Calcio y Magnesio.

Evite los alimentos ricos en calorías, como las tortas, ya que contienen harina blanca y azúcar.  No consuma alimentos fritos, ni ningún alimento que haya sido cocido en aceite, o que contenga aceite que haya sido sometido al calor. Las grasas rancias destruyen rápidamente la vitamina E, lo que promueve la liberación de altas cantidades de ácido úrico. Evite todas las carnes, incluidas las vísceras. No consuma alcohol. El alcohol aumenta la producción de ácido úrico.

Para obtener un diagnóstico de gota, el medico inserta una aguja en la articulación afectada y extrae fluido que se manda examinar microscópicamente a fin de determinar si contiene los característicos cristales de ácido úrico.

 

 

Phyllis A. Balch. (2000). Los Problemas de salud. En Recetas Nutritivas que curan(351, 352, 353). New York: AVERY.

 

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