La causa del hipotiroidismo es la baja producción de hormona tiroidea. Entre sus síntomas están fatiga, inapetencia, intolerancia al frio, frecuencia cardiaca lenta, aumento de peso, periodos menstruales dolorosos, secreción lechosa de los senos, problemas de fertilidad, debilidad muscular, calambres musculares, sequedad y escamación de la piel, coloración cutánea entre amarilla y anaranjada (especialmente en las palmas de las manos), protuberancias amarillas en los parpados, caída de cabello (incluidas las cejas), infecciones recurrentes, estreñimiento, depresión, dificultad para concentrarse, lentitud al hablar, bocio, babeo y ojos hinchados. Los síntomas más frecuentes son fatiga e intolerancia al frio. Si usted siente frio permanentemente a pesar de que los demás sienten calor, es posible que el funcionamiento de su glándula tiroides este disminuido.

La tiroides es el termostato interno del organismo y regula la temperatura segregando dos hormonas que controlan la rapidez con la cual el organismo quema las calorías y utiliza la energía. Cuando la glándula tiroides segrega demasiada hormona, se produce hipertiroidismo; cuando segrega muy poca, se produce hipotiroidismo. El hipotiroidismo afecta aproximadamente a 5 millones de personas, de las cuales alrededor del 90% son mujeres. Los problemas de la tiroides causan fatiga y muchas enfermedades recurrentes.

Se cree que la causa más frecuente de la lenta función tiroidea es la enfermedad de Hashimoto. En esta enfermedad, el organismo se vuelve alérgico a la hormona tiroidea. Entre los adultos, la enfermedad de Hashimoto es una de las causas más frecuentes de bocio, es decir, de inflamación de la glándula tiroides.

Cuantificar el nivel de las distintas hormonas sanguíneas ayuda a determinar si la glándula tiroides está funcionando de manera correcta. El medico puede ordenar un examen de sangre para conocer el nivel de la hormona tiroidea o de la hormona estimulante de la tiroides (TSH). Esta hormona, que es producida por la glándula pituitaria, regula la producción de hormona tiroidea. Incluso un descenso insignificante de la función tiroidea se traduce en un aumento del nivel de la hormona TSH.

Incluya en su dieta yema de huevo, perejil, durazno, pescado o pollo, quesos y pasas. Consuma los siguientes alimentos con moderación: col de Bruselas, pera, espinaca, rábano y vegetales crucíferos como repollo, brócoli y hojas de mostaza. Evite los alimentos procesados y refinados, incluidos la harina blanca y el azúcar. Añada buenas dosis de Complejo B, B12, Vitamina A, Hierro, Carotenoides, Vitamina C, Vitamina E y Zinc.

El síndrome de Wilson es una enfermedad que se debe a una falla en la conversión de la hormona tiroidea Tiroxina (T4) en otra hormona tiroideatriyodotironina (T3). Esto produce síntomas de disminución de la función tiroidea, los cuales son precipitados especialmente por un gran estrés físico o emocional. Estos síntomas pueden ser debilitantes y persistir incluso después de que el estrés ha pasado.