La hormona melatonina es producida de manera natural por la glándula pineal, una estructura cerebral en forma de cono. El patrón del organismo para producir melatonina es parecido al de otras hormonas “antienvejecimiento”: hormona del crecimiento (HGH) y deshidroepiandrosterona? (DHEA). Durante los primeros años de vida, el organismo produce melatonina en abundancia. No obstante, poco antes de la pubertad su producción empieza a declinar, y sigue declinando constantemente a medida que envejecemos.

Estudios de investigación han comprobado que la melatonina produce múltiples y profundos efectos a largo plazo en el organismo. Como es uno de los antioxidantes más potentes que se han descubierto – es más eficaz que las vitaminas C y E, e, incluso, que el betacaroteno – la melatonina evita la peligrosa oxidación. De esta manera, la melatonina impide que se presenten cambios que conducen a la hipertensión arterial y a ataques cardiacos, y puede reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer. De hecho, algunas investigaciones han indicado que la causa de muchos problemas relacionados con la edad es el bajo nivel de melatonina, una condición que disminuye la capacidad del organismo de prevenir y reparar el daño causado por la oxidación.  También se ha descubierto que la melatonina estimula el sistema inmunológico. Además, desempeña un papel preponderante en la producción de estrógeno, testosterona y probablemente otras hormonas; ayuda a prevenir los tipos de cáncer que se relacionan con el sistema reproductivo, y retarda el desarrollo de crecimientos malignos ya existentes. Estudios recientes indican que tomar melatonina por la mañana estimula el crecimiento de los tumores, mientras que tomarla por la noche retarda su crecimiento. Así mismo, como la secreción de melatonina es cíclica – responde a la llegada de la oscuridad al final del día – esta hormona le ayuda a nuestro organismo a adaptarse a los ritmos diurno y nocturno. La melatonina ayuda, pues, a regular el sueño.

La investigación en torno a la melatonina no se detiene y, por consiguiente, los conocimientos acerca de sus funciones en el organismo y de los efectos de tomarla en suplemento aumentan cada vez. Estudios científicos realizados con humanos y evidencias anecdóticas indican que los suplementos de melatonina no solo no producen efectos secundarios, sino que también ayudan a conciliar el sueño a los adultos que sufren insomnio y a los niños autistas, epilépticos, con Síndrome de Down, parálisis cerebral y otros problemas que afectan al sueño.

La melatonina se suele tomar para aliviar las molestias asociadas con el síndrome premenstrual y para estimular el sistema inmunológico. También ayuda a prevenir la pérdida de memoria, la arteriosclerosis y el derrame cerebral. Aparte de lo anterior, se utiliza para el tratamiento del cáncer y la enfermedad de Alzheimer.

La melatonina se debe tomar 2 horas antes de acostarse, o menos, a fin que la liberación de la hormona adicional se sume a la producción natural, que en ese momento está en su punto máximo.